La relación entre Marta Peñate y Samira Jalil está peor que nunca. Las que en su día fueran mejores amigas han sido las auténticas protagonistas de la peor bronca que ha tenido lugar en La casa fuerte 2. Fue tal el escandalo que se armó entre las dos concursantes que Samira tuvo que abandonar el plató hecha un mar de lágrimas.

Una situación que no gustó para nada a la presentadora del programa que dejó muy claro que está escena no se podía volver a repetir.

Marta Peñate monta en cólera

Todo empezó tras la nominación de Mahí a Sandra Pica. La pareja de Tom Brusse fue traicionada por una de sus mejores amigas dentro de la casa. La presentadora, al ver como su tocaya estallaba en llanto, preguntó a Jalil que le había parecido la nominación por parte de Mahi a Sandra. Sin embargo, Samira, ya cansada de mantener su enfrentamiento con Pica, optó por no pronunciarse al respecto. Algo que enfureció a Marta.

La canaria que, instantes antes de entrar a concursar en el reality ya admitió tener una conversación pendiente con Samira, no dudaba en iniciar su carga en contra de ella. “Contra mi no has tenido pelotas” la acusaba la ex de Lester, a la vez que la de MYHYV respondía: “Contigo no tengo nada que hablar”. Y es que Jalil parecía haber izado la bandera de la paz con sus compañeras y estar dispuesta a no tener ningún enfrentamiento.

“Se cree que se va a comer las uvas en Cantora”

Un hecho que todavía hacía enervar más a Marta: “Tienes la lengua de un gato de tanto lamer” le soltaba. Tras una larga retahíla de acusaciones por parte de la ex de la Isla de las tentaciones, Peñate tachaba a su examiga de “mentirosa” en referencia a su supuesto idilio con Tom y de “interesada” por su acercamiento a Isa Pantoja. "Ella se cree que se va a comer las uvas en Cantora” señalaba la canaria.

Aunque lo peor llegaba en el segundo a salto. Marta, fuera de sí, reveló las presuntas intenciones de Samira al realizar un viaje a Dubái. De este modo, la de Gran Hermano dejaba entrever que uno de los principales motivos para ir a los emiratos árabes era ejercer la prostitución. Unas vacaciones por las que Jalil consideró que no tenía que dar explicaciones a nadie. ¿A caso me pagan ellos el alquiler? Respondía la concursante mientras abandonaba el plató.