La agenda de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa no da tregua: dos eventos de alto copete en menos de 24 horas. Si días atrás la pareja asistía a la inauguración de la temporada del Teatro Real y a una exposición de arte, la protagonista del papel couché y el novelista no han fallado a la apertura del curso de las Reales Academias.
Del mismo modo, la pareja acudió al plato fuerte del fin de semana y protagonizaron una ceremonia de homenaje dedicada al escritor por parte del Instituto Cervantes de Madrid para celebrar el décimo aniversario de su mayor logro: el premio Nobel de literatura.
Un vestido muy exótico
Dos acontecimientos para los que la Preysler ha sacado sus mejores galas, como era de esperar. El primero de ellos tenía lugar durante la tarde del viernes en Madrid. La reina de corazones acaparaba todos los focos a su llegada, pese a que repetía diseño. Se trata de un vestido en color blanco de corte por debajo de las rodillas y con falda de vuelo, firmado por Johanna Ortiz.
Un modelito valorado en más de 1.500 euros que Isabel ya había lucido a principios de marzo y que cuenta con un estampado en negro de lo más exótico. Una serigrafía que podría representar diferentes escenarios y escenas de su Filipinas natal. Para la ocasión la perla de Manila, se adaptaba al contexto de pandemia que estamos viviendo y empleaba una mascarilla a juego diseñada por la firma española, Kausi. Algo a lo que ya tiene acostumbrada a la prensa.
Mario, homenajeado
Sin embargo, el plato fuerte del fin de semana llegaba el sábado por la tarde. El Instituto Cervantes de Madrid homenajeaba a su novio por el décimo aniversario desde que se hizo con el premio Nobel, el máximo reconocimiento literario. Vestida con un traje rojo y desde la primera fila del público, Isabel fue casi o más protagonista que Vargas Llosa.
Y es que Mario no dudó en agradecer a su pareja por estos cinco años de amor. “Quiero agradecerle a Isabel, a su compañía, a su presencia, esos años maravillosos que me ha hecho pasar a su lado y que han renovado en mí muchísimo esa vocación que creo que es la mejor cosa que me ha pasado en la vida. Muchas gracias Isabel" concluía el escritor.
Tras el discurso, el público asistente protagonizaba un multitudinario aplauso cargado de afecto para el autor de Tía Julia y el escribidor. No cabe duda de que la vida de Mario ha dado para mucho. Algo que en reiteradas ocasiones ha utilizado como motivo de inspiración y que le ha llevado a ser el protagonista de sus propias novelas.