Sandra Barneda vuelve a estar en boca de todo el mundo, tras bastante tiempo sin tener trabajo y alejada de las cámaras. Un regreso a la pequeña pantalla que ha hecho por la puerta grande, gracias al reality de Telecinco, La isla de las tentaciones.
Un espacio que se grabó en verano, en República Dominicana, y que se ha estrenado hace poco en la televisión. Sin embargo, el revuelo que hay formado, por la que están liando los concursantes, es muy fuerte. Como fuertes son las últimas declaraciones que ha hecho Sandra Barneda, desvelando algo que nadie sabía hasta la fecha. ¿Qué ha contado?
Sandra Barneda desvela lo que nadie sabe
La pareja de Nagore Robles vuelve a tener el protagonismo como presentadora que durante mucho tiempo había echado en falta. Una vuelta a la primera línea que está amortizando haciendo un sinfín de entrevistas hablando de su experiencia en La isla de las tentaciones. "Lo más difícil para mí ha sido la contención, porque soy de las que cuando veo algo que no me gusta, salto", ha desvelado Sandra Barneda para la revista Lecturas.
Una retención de sus sentimientos que ha puesto a prueba durante todas las hogueras que ha celebrado a su paso por la República Dominicana, cada vez que tenía que enseñar a los concursantes lo que estaban haciendo sus parejas con los otros pretendientes. "Es un momento complicado porque no les puedes ayudar", asegura la catalana bastante tocada por la experiencia que ha vivido al otro lado del charco. "Mi emoción fluctuaba en cada momento porque me implicaba en todo lo que sentían. A veces era impotencia, porque les veía sufrir y no podía decirles nada de lo que querían saber", ha añadido.
Sandra Barneda no iría a la isla
La catalana, quien se ha dado una segunda oportunidad con Nagore Robles después de dejarlo en septiembre del 2019, tiene claro que ella no se atrevería a concursar en La isla de las tentaciones. Y es que a su juicio, el formato es muy fuerte y no todo el mundo está preparado para ir allí y ver como le ponen los cuernos.
"Yo no iría a una isla. Sería muy sufridora, convencida. No, no, yo lo pasaría muy mal", ha reconocido la de Barcelona para la revista Lecturas. "Sería la tristona, porque me como mucho la cabeza y soy de darle muchas vueltas a las cosas", ha añadido. Una experiencia, al otro lado del charco, que si de algo ha servido a la también escritora ha sido para darse cuenta que "el amor no va de cerebro, sino de corazón, porque no hay nada fijo en las parejas".