La catalana Leticia Sabater está imparable y es que se atreve con todo y no hay nada que se le resista. Se dio a conocer en la década de los noventa, presentando varios programas de televisión dirigidos a los más pequeños de la casa y, desde entonces, no ha parado de cosechar éxitos. Una carrera como presentadora que ha compaginado con su trayectoria como actriz y cantante, con temas tan sonados como La Sachipapa, en junio de 2016, o 18 centímetros papi, en junio de 2019.
Una trayectoria de lo más exitosa que ahora amplía debutando como escritora de novelas de ficción. Lo hace con el libro Lety la horrible y el internado diabólico, que llegará a las librerías el próximo día 15 de octubre y que está dirigido a todos los públicos, “desde los más pequeños, hasta los más grandes”. Una historia “trepidante y llena de cambios”, que transcurre a lo largo de 18 capítulos y que, según Sabater, “los lectores pasarán por todos los estados anímicos que el ser humano puede llegar a tener”. Además, según cuenta la cantante en exclusiva para Crónica Global, “cuando la termines no solo te habrás enamorado del alma de la protagonista, puesto que es muy fea, sino que tendrás claros dos mensajes. Por un lado te enamorarás de tu físico, porque nos tenemos que querer tal y como somos y, por otro, es que de la mierda más mierda puedes pasar a ser lo más grande. Vamos, que de la nada puedes ser todo”. ¿Te vas a perder la primera novela de ficción de Leticia Sabater?
-- ¿Cuánto tiempo tardó en escribir el libro?
Tardé una media de ocho horas diarias o por ahí. En total, entre que lo piensas, lo escribes, lo retocas, lo cambias… Unos seis meses.
-- Lety la horrible y el internado diabólico. ¿Por qué ese nombre?
¡Coño, es que está clarísimo! Porque refleja perfectamente lo que ocurre en el libro. El internado es absolutamente diabólico, por no decir que incluso hay canibalismo. Lety, por su parte, no tiene apellido y le ponen “horrible” porque no solo tiene que ver con su físico, sino con otras cosas que no te puedo contar…
-- ¿Hablamos de una obra autobiográfica?
La historia no es autobiográfica, que quede claro. He querido hacer esta obra para transmitir mensajes muy importantes y buenos para la sociedad. Aunque, sí que es verdad que de pequeña sufrí bullying en el colegio. Por eso he querido que la protagonista fuera muy fea, para demostrar que de lo más bajo se puede llegar a lo más alto.
-- ¿Por qué sufrió bullying?
Porque era fea. Los niños, de pequeños, tienen muchos problemas y siempre termina recibiendo el que menos agraciado es. A mi me llamaban cosas como “la china”, por tener los ojos achinados; “la paella”, por tener la cara llena de granos; “la plana”, por no tener tetas o “la cuatro ojos”, por llevar gafas… Los niños son muy cabrones en la época del colegio, y eso es lo que también he querido reflejar.
-- ¿Lo pasó muy mal con el bullying?
Sí porque llegaba todos los días a casa llorando. Era horroroso. A día de hoy he aprendido a que todo me resbale mucho pero en aquel momento no me resbalaba nada y me sentía como un pobre diablo infeliz. Por eso el colegio no me ha gustado nunca, porque lo recuerdo como una época horrorosa.
-- De todos los insultos, ¿cuál fue el que más la marcó?
En realidad todos pero, si me tengo que quedar con uno, diría que el de “cuatro ojos”. Aunque… ¡joder! Mi madre me ponía unas gafas de culo de vaso y encima con un parche en el ojo… O sea que imagínate como iba al colegio, hecha un auténtico cuadro.
-- ¿Ha decidido operarse por el tema del bullying?
No, eso no tiene nada que ver. Me opero porque mis fans tienen entre 15 y 30 años y ellos quieren verme guapa. Entonces, quiero estar guapa para ellos. Si no fuera artista quizá no me preocuparía estar tan guapa, pero no es el caso. Para mí, mis fans son lo más importante y me debo a ellos. De hecho, en el libro los menciono.
-- ¿Por qué son tan importantes para usted?
Pues porque vivo para todos ellos. Si saco un libro, pienso en mis fans; si saco una canción, pienso en mis fans; si doy un concierto, pienso en mis fans; si me pongo un ropa sexy, pienso en mis fans. Les tengo todo el día en un interrogatorio continuo.
-- ¿Qué piensan sus fans de las operaciones estéticas que se ha hecho? Porque ahora se ha operado los abdominales…
[Ríe]. En el gimnasio, cuando viene un extranjero, imagínate un extranjero que no vive aquí, y me ve los abdominales me dice: “Qué barbaridad, cómo trabajas el cuerpo” y le digo: “Sí, mucho, mucho…” [Ríe]. Me hace mucha gracia, la verdad. De hecho, todos los españoles me los quieren tocar y se quedan acojonados porque los tengo súper duros y sin nada de grasa.
-- ¿Sus abdominales tienen trampa?
¡Qué va! Si no llevo ni prótesis ni nada… Mis abdominales son sin grasa y punto. Ni más, ni menos.
-- Los glúteos y los bíceps también se los ha operado, ¿verdad?
En el culo me han puesto grasa y los bíceps y los tríceps me los han marcado.
-- Y luego, la operación de la que todo el mundo habló fue la del estrabismo de sus ojos, ¿está contenta con el resultado?
La verdad es que sí pero, ¿sabes qué pasa? Fuera de la televisión tengo los ojos rectos y perfectos pero, en la televisión, hago una especie de gesto, que ya me lo explicó mi médico, que hace que no siempre los tenga centrados. Es curioso porque mis ojos solo se tuercen cuando estoy en la tele.
-- ¿Y a qué se puede deber esto? ¿Quizá son los nervios?
Pues quizá sí, que no te das cuenta que los tienes pero en el fondo estás nerviosa y se me refleja en la mirada. Es muy curioso porque cuando me ves los tengo centrados. Pero bueno, creo que esto ya no tiene operación… [Ríe].
-- ¿Se plantea operarse de algo más?
El cuerpo lo tengo bien como está, lo tengo perfecto. Pero, en la cara, me voy a hacer una operación para quitarme la grasa que me sobra del párpado de debajo del ojo, o sea, las bolsas y las arruguitas. Es una operación muy sencilla porque todo esto te lo hacen con láser.
-- ¿Le da miedo que sus seguidores no la reconozcan con tantas operaciones?
Esto no va a pasar. Normalmente me opero con el mejor médico y tengo mucho cuidado con todo lo que me hago. Siempre le digo al médico que me deje con la misma cara que tenía con 25 años. Simplemente le pido que me quite un poco de piel y grasa que me sobra. Ni más, ni menos.
-- ¿Cuánto se ha gastado en operaciones?
En total, desde que tengo 18 años, me habré dejado unos 100.000 euros en operaciones de estética.
-- Y por lo que me comenta, seguirá gastando…
Es que soy artista y tengo que estar guapa… ¡Joder, no me queda más remedio que operarme! Además, con las giras musicales que hago, que este año ya llevo más de 200, me gusta ponerme modelos muy atrevidos y quiero verme guapa… ¡Es que soy artista!
-- Y con lo guapa que está, ¿cómo puede ser que no haya encontrado novio aún?
Mira… No tengo pareja. [Ríe].
-- Si se ríe es porque alguna cosa tiene entre manos…
A ver, te cuento. Alguna ilusión tengo por ahí, pero no se puede contar mucho.
-- ¿Cantante, escritor, profesor de gimnasio…?
Es español, es empresario y tiene diez años menos que yo. No puedo decir más. Ya sabes que si pudiera sería la primera en contártelo, pero no puedo. De hecho, si te operas, es lo que tiene… Los jóvenes… [Ríe].
-- Unos jóvenes que bailan mucho sus canciones. ¿Está preparando algún nuevo tema?
Estoy trabajando en un villancico para la próxima Navidad. Saldrá a finales de noviembre con su videoclip correspondiente, como todos los años. No te puedo adelantar mucho más, solo que tendrá mucho ritmo y será muy divertido.
-- Por cierto, ¿de dónde saca la inspiración para los títulos de sus canciones como 18 centímetros papi o El Polvorrón?
De experiencias que he tenido durante el año. De repente hay cosas que me marcan y las uso para titular a mis canciones.
-- Entonces, lo de los 18 centímetros…
[Ríe]. Pues imagínate… Una muy buena experiencia.
-- ¿Es el tamaño perfecto para usted?
Fue una bonita experiencia y es el tamaño perfecto. Que los habrá de 25, seguro, no digo que no. Pero, a mí, el de 18 me viene perfecto. Ni más grande, ni más pequeño.
-- ¿Se ha encontrado alguna vez con alguien que la tenga muy pequeña?
Sí, una vez me pasó…
-- ¿Y qué hizo?
La tenía como una canica. [Ríe]. Además yo tengo miopía y aquello fue un espectáculo porque casi ni se la veía… [Vuelve a reír]. La verdad que me dio un poco de cosa por él porque pensé que el tío debía de tener un complejo de cojones, ¿sabes? Pero bueno, tampoco tuve ningún problema porque en todas las situaciones funciono muy bien y todos los demás chicos con los que he estado han pecado de tenerla demasiado grande.
-- ¿Y duele mucho?
Bueno… He dejado a un par o tres de novios por tenerla demasiado grande porque no me cabía. [Ríe]. No sé, estaba tan preocupada que pensaba que incluso tendría que llamar a un médico porque aquello no era normal, no había manera… [Ríe].
-- Por lo que me cuenta, entiendo que sí que pudo culminar con todos ellos…
Sí, sí… El problema es que luego me pasaba escocida unos dos o tres días. Lo pasaba fatal entonces claro, al final, decidía dejarlo. O sea, en ese momento lo pasaba muy bien, el problema venía al día siguiente… Vamos, que veía las estrellas en arameo. [Ríe].
-- ¿Se plantea escribir un libro hablando de todas esas experiencias sexuales?
De momento quiero centrarme en el que acabo de escribir, porque tengo mucha confianza en la historia y además sé que es buena. Pero no depende de mí, sino de los lectores. De hecho, si tiene éxito, podría salir una saga porque los personajes están muy bien descritos y caracterizados. De hecho, todos los medios que han leído mi novela han dicho que les ha gustado mucho porque en sus artículos han puesto: “Remarco: nos ha molado”.