El nuevo método de belleza que pretende desbancar a la cirugía estética llega desde la otra punta del mundo. Si el yoga ha revolucionado el orbe entero como fórmula tradicional espiritual, física y mental, el yoga facial japonés busca unir la mejor parte de la disciplina con la importancia de la belleza y los cuidados del cutis. La naturaleza de los músculos es la misma en el cuerpo que en el rostro: o se usan o se pierden. Al igual que se practica ejercicio para fortalecer el cuerpo y ganar salud, este método apuesta por lo mismo en el rostro.

El yoga facial consiste en movilizar los músculos de la cara de forma consciente para fortalecerlos y relajarlos. De este modo, conseguir una piel más tersa que ayuda a reducir la flacidez del rostro, a fortalecer los músculos para que ganen volumen y creen un efecto tensor que suaviza las arrugas, marcar más el contorno de la cara y estimular la producción de colágeno, lo que ayuda a tener una piel más hidratada y más suave. En definitiva, una cara más sana. 

Autocuidado

Esta nueva experiencia llega a España de la mano de Izumi Forasté. De raíces euroasiáticas --padre español y madre japonesa--, su educación y su afición por los trucos de belleza y autocuidado le han permitido ir adquiriendo la información sobre el tema. En 2016 lanzó su canal de YouTube, uno de los principales en España de su categoría. La experta publica El secreto japonés del yoga facial, un libro donde comparte las claves de esta herramienta de autocuidado con consejos del estilo de vida japonés para potenciar la salud y el bienestar. 

La escritora reúne 40 ejercicios para trabajar distintas zonas del rostro, así como rutinas específicas para descongestionar bolsas y ojeras, levantar los párpados y abrir la mirada, suavizar arrugas del entrecejo o alrededor de los labios y realzar el óvalo del rostro, entre otras. El yoga facial es una técnica que se practica desde hace décadas en Japón y que combina ejercicios y masajes en la piel del rostro que mejoran la circulación sanguínea, alisan las arrugas de expresión, eliminan los signos de fatiga y contribuyen a su firmeza y luminosidad. 

Izumi Forasté / MÒNICA PRYTZ

Cuidados en Japón

"Tengo un canal de Youtube en el que muestro los secretos de belleza de Japón y uno de los vídeos que hice fue sobre el yoga facial. A la gente le encantó, hubo un boom de visitas y empecé a investigar un poquito más sobre ello”, explica Forasté para Crónica Directo. “Conocí sus beneficios y lo practico de forma regular. Yo trabajo en una oficina muchas horas seguidas y, cuando salgo, necesito mover los músculos para relajarme”, comenta la experta. 

La autora ve muchas diferencias entre los cuidados de belleza de Japón y España. “Si comparamos el tiempo que dedica un japonés en cuidarse la piel, es mucho más elevado”, manifiesta Izumi. “También es verdad que los cánones de belleza son distintos”, argumenta, “en Japón toda la vida se ha intentado tener una piel brillante y no tan bronceada como aquí. El sol acaba envejeciendo la piel. Es algo que todos sabemos, pero igual no le damos la suficiente importancia”. 

La marca de las arrugas

Las emociones, positivas y negativas, se quedan marcadas en la cara a través de las arrugas. “Cuando estamos bien internamente se acaba reflejando en el rostro y cuando pasamos una mala época, se nota, no hace falta ni hablar, se ve a simple vista”, asegura Forasté sobre la importancia de los cuidados. 

“En el yoga facial se trabajan los músculos que utilizamos cuando sonreímos, por ejemplo, fortalecer los pómulos y hacer que la comisura de los labios suba. En cambio, ablandamos o relajamos los músculos que utilizaríamos cuando estamos enfadados o preocupados, como precisamente, la zona del entrecejo”, comenta. Por tanto, el rostro acaba teniendo una mejor forma.  

Resultados

Esta disciplina la puede practicar todo el mundo, no solo porque tengan un problema, también para prevenir complicaciones futuras. Si se practica a diario, en dos o tres semanas se empiezan a ver los resultados: menos flacidez del rostro, músculos fortalecidos, suavización de las arrugas y estimulación de la producción de colágeno.  

¿Cómo se puede iniciar una persona en el yoga facial? “Yo le recomendaría elegir un ejercicio si no quiere dedicar mucho tiempo y trabajarlo cada día, ni que sea un minuto. Y que no se lo tome como obligación, sino para probar. Al final se acabará enganchando y de ahí pude ir ampliando”. Eso sí, la propuesta va mucho más allá de un tratamiento de belleza. Para ver los resultados deseados también habrá que cuidar la alimentación, las horas de sueño, el estrés y la postura para complementar las acciones del rostro. Una propuesta tentadora para los amantes de la cirugía que no se pueden permitir las operaciones.