Trucos para hacer la mejor barbacoa del verano
Una carne de buena calidad y las mejores brasas son las protagonistas de la comida del verano
5 mayo, 2021 18:42Hay algo que indudablemente marca el inicio del verano y los planes al aire libre, y no, no es la llegada del día 21 de junio cuando se cambia de estación y se da la bienvenida a la época estival. Ese gesto es sacar la barbacoa del trastero y disfrutar de una buena comida a la brasa con familia y amigos. Este año, con más precauciones que nunca, como es de imaginar.
Pero ser todo un maestro con el fuego no solo consiste en colocar las piezas de carne sobre este y darles la vuelta cuando ya tengan el punto adecuado. Hay toda una serie de tips que convierte a un aficionado en un auténtico chef de las barbacoas. Consejos, y algún que otro truco, con los que el encargado de las brasas recibirá todas las ovaciones.
Elegir la mejor carne
De nada sirve saberse de memoria estas recomendaciones y haberse comprado una barbacoa de última generación si la protagonista de la misma es mediocre. En este punto es importante comprar piezas de carne de calidad, ajustadas en cantidad al número de comensales que ese día habrá sentados a la mesa, así como los trozos más agradecidos para esta forma de cocción: es el caso del chorizo, la panceta, las alitas de pollo, así como hamburguesas o algún que otro chuletón para los más valientes.
En una barbacoa no es obligatorio que todo lo que se vaya a comer sea carne. Si hay algún invitado que no le guste, en la parrilla también quedarán muy bien los pescados, así como verduras como tomates, berenjenas, pimientos, puerros o cebolla entre otras.
Es el turno de las brasas
Elegida la mejor carne, ahora es el turno de las brasas ya que sin ellas poco se hace. El truco para conseguir el fuego perfecto que busca todo maestro de la barbacoa es paciencia, tiempo y distancia entre la fuente de calor y la superficie o rejilla donde se colocan los alimentos. Lo que se busca es que la carne adquiera el punto ideal, un aspecto sonrosado --que no quemado-- pero que quede hecha y jugosa por dentro. Ahí es nada.
Y para conseguirlo, el carbón es el elemento más seguro y cómodo para ello. Pero también se pueden usar otras fuentes de calor como son ramas secas como sarmientos de vid, piñas o tablas de madera cortadas. Es aconsejable no usar pastillas inflamables o líquidos que favorezcan la combustión, ya que pueden contaminar las brasas y dejar un sabor en los alimentos poco apetecible. En cualquier caso, nunca se debe desatender el fuego y hay que estar siempre pendiente para que no se ocasione ningún accidente que acabe con la apacible comida en el jardín.
Todo preparado
Sabiendo ya lo anterior, y antes de ponerse manos a la obra, la carne es mejor tenerla ya fuera de la nevera al menos una hora antes de ponerla sobre el fuego y a temperatura ambiente para que se vaya aclimatando. Este rato se puede aprovechar para ir poco a poco encendiendo el fuego. Volviendo a la comida, para darle un sabor y un aroma únicos, estas piezas de carne se pueden --además de sazonar-- impregnar con pimienta, ajo en polvo, hierbas aromáticas e incluso prepararlas previamente en adobo. Eso, sí, importante: la sal se añade cuando está asándose.
Llega el momento más esperado, el de asar y para eso no debe haber llama, solo el calor que emana de las brasas. Una vez colocadas sobre la parrilla --primero chorizos, pancetas y morcilla--, la carne se irá haciendo lentamente --las prisas no son buenas para una barbacoa perfecta--. Tras estos primeros entrantes, es el turno del pollo, las hamburguesas y piezas más contundentes como un entrecot o un chuletón.
Apagado y limpieza
Aunque no haya llama, eso no quiere decir que las brasas se hayan apagado del todo; todavía irradian calor --importante no comprobarlo...--, por lo que lo mejor es colocar la tapa de la barbacoa para que se vayan poco a poco enfriando. Como es lógico, nada de echar agua encima de las brasas pretendiendo que así se apaguen.
Una vez hecho esto y antes de dejarla días y días sucia, es mejor limpiar la barbacoa y la parrilla cuanto antes para que la grasa no quede tan incrustada y que luego cueste mucho más quitarla. En este caso no hay más truco que usar un buen estropajo, el detergente mismo que se emplea para fregar los platos diariamente y darle con ganas para que quede reluciente para el siguiente fin de semana.