Encuentran una muestra viva de coronavirus en un embalaje de bacalao congelado

El Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China ha hallado, por primera vez, una muestra viva de coronavirus en un embalaje de congelados. Un descubrimiento que podría responder muchas de las incógnitas sobre la transmisión del SARS-CoV-2.

Y es que ahora, los científicos, apuntan a que podría significar que "el Covid-19 usa los productos refrigerados como portadores", lo que posibilitaría su propagación "transfronteriza y a larga distancia". Aunque, en este caso concreto, aseguran que tendría un "riesgo muy bajo" de contagio para los consumidores.

Un hallazgo esencial para los científicos

Según ha informado el diario estatal chino Global Times, unos paquetes de bacalao congelado que llegaron al puerto de Qingdao, escenario del último rebrote en el país asiático, contenían muestras vivas del coronavirus. Un hallazgo que los expertos aseguran que se trata de "la primera vez que se ha confirmado, fuera de un laboratorio, que el virus puede sobrevivir durante un largo periodo de tiempo en el exterior de productos transportados con refrigeración".

"Los virus supervivientes en la superficie de los productos podrían infectar a quien entre en contacto con ellos sin usar protección", lo que coloca en situación especialmente arriesgada a los trabajadores del sector. No obstante, aseguraron que no se han detectado contagios a través de la ingesta de alimentos, por lo que consideraron "muy bajo" el riesgo de infección.

Nueva teoría sobre el origen del virus

El subdirector del Departamento de Biología de Patógenos de la Universidad de Wuhan, Yang Zhanqiu, opinó que este descubrimiento "ayuda a avanzar en la investigación sobre la capacidad de supervivencia del virus, sobre su estructura vital y, lo más importante de todo, sus orígenes".

Además, según Yang, si la secuencia genética del virus detectado coincide con la hallada en humanos, podría poner sobre la mesa la posibilidad de que su origen esté en criaturas acuáticas, y no en murciélagos o pangolines.

Culpable del último rebrote en China

Las autoridades sanitarias chinas concluyeron la semana pasada que el origen del rebrote detectado el pasado 11 de octubre en la ciudad de Qingdao, en el este del país, se debió precisamente a que dos estibadores del puerto contrajeron el virus al entrar en contacto con productos que contenían restos del Covid-19.

Estos dos casos, diagnosticados el pasado 24 de septiembre, recibieron tratamiento en el Hospital de Dolencias Pectorales de Qingdao, donde se localizó semanas después el reciente rebrote. Las pesquisas oficiales concluyeron que una mala desinfección del aparato de tomografía axial computarizada (TAC) de ese hospital propició la propagación del virus en el centro.