No es fácil encontrar un nombre unisex. Como mucho se debe acudir a diminutivos que sean lo suficientemente ambiguos. Un ejemplo común es el caso de Álex, pero en Cataluña hay otro, aunque es poco conocido.
Se trata de Jan. Sí, aunque muchos no lo crean, este diminutivo convertido en nombre en sí mismo puede ser usado para ambos sexos. De hecho, ya existe Jana, pero sin la última "-a".
Un dicho que no aplica para chicas
En realidad este nombre ya es común desde hace años, pero con otra variante. Hasta hay un refrán catalán que asegura que “Joans, Joseps i ases hi ha a tortes les cases”, traducido: “Juanes, Josés y asnos hay en todas las casas”.
¿Qué tiene que ver esto con el nombre de Jan? Mucho, en realidad. Jan no es otra cosa que el diminutivo de Juan en catalán. Y Jana, de Juana.
Origen del nombre
Otros consideran que Jana viene de otro nombre, también hebreo como lo es Juan. En esa caso muchos dicen que viene de Hannah.
Este nombre, que significa nacimiento, ha dado lugar al nombre de Ana, pero hay quien dice que la hache aspirada también la ha podido hacer evolucionar a Jana. Claro que si bien en otras lenguas se pronuncia como en castellano, se mantiene la grafía del hebreo.
Tres letras con historia
En cualquier caso, en Cataluña, Jana viene de Joana, solo que algunas familias han optado por recortarlo. Pero eso no le quita la carga histórica y de significado que tiene.
Para los católicos, el Juan más importante es San Juan Bautista, quien bautizó al propio Jesús. Asimismo, uno de los doce apóstoles y de los cuatro autores del testamento es Juan.
Además, en su versión femenina, Juana de Arco fue una martir muy admirada por católicos y no creyentes. La valentía demostrada ante la condena a ser quemada en la hoguera es recordada.
Juana de Arco ha sido inspiración de novelas y de películas, pero también de muchas mujeres. Ella fue una guerrera que tuvo un papel crucial en la famosa Guerra de los 100 años.
Origen hebreo
¿Eso significa que su origen es cristiano? No. Su historia se remonta a tiempos antiguos, antes de la llegada de los creyentes en esta fe, ya existía en tierras orientales. Como se deduce incluso de la historia bíblica.
Con el paso del tiempo, esta raíz hebrea evolucionó hacia el Juan y la famosa Juana. Así es como se pronuncia y escribe en castellano. En catalán se conservó la sonoridad del Yôḥānān original, enmudeció la hache y lo acortó a dos sílabas, Joan, y lo mismo pasó con Joana.
Las Jan de Cataluña
El diminutivo se quedó como Jan, pero muchos lo atribuyen solo a un nombre de chico. Los datos, al menos, parecen decir eso.
El Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) señala que en la comunidad autónoma habitan 11.918 personas con este nombre. De ellas, 11.905 son hombres, sí, pero hay 13 que son mujeres.
Jan en España
Es verdad que no es muy común. La prueba es que en resto de España, donde también hay chicos que se llaman Jan, no hay mujeres que se llamen así.
Si uno se fija en los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay 13.506 personas que se llaman así. La mayoría, jóvenes, la media de edad es de 14,4 años, aunque no registran mujeres.
Por tanto, con estos datos, se puede llegar a afirmar que Jan es uno de los nombres catalanes de chica más originales.