Uno de los planes preferidos de los barceloneses es escaparse los fines de semana a la montaña para tomar el aire. Además de visitar bonitos pueblos medievales, se pueden hacer rutas de senderismo por los lugares más impresionantes.
Por toda Cataluña encontramos un gran número de rutas y senderos que te alejan del ruido de las grandes urbes y el estrés del día a día. En lo que es una escapada ideal para un fin de semana de tiempo agradable, en Girona encontramos la excusa perfecta para hacer esta excursión en solitario, en familia, en pareja o con amigos.
En Colònia Llaudet, cerca del pueblo de Sant Joan de les Abadesses, encontramos un puente colgante sobre el río Ter que consta de una palanca de dos tramos: uno corto que lleva sobre un pilar, el único que tiene la palanca, y un segundo tramo más largo que cuelga sobre el río.
Está compuesto de tres bloques cuadrados superpuestos: el inferior, hecho de hormigón, piedras y fragmentos de ladrillos; y los dos superiores, que son una mezcla de hormigón y grava de río. La base del puente consta de tablones de madera, por debajo de los cuales pasan cinco cables de acero. Y las barandillas son tres tirantes de cables metálicos que aseguran cualquier posible caída.
Cómo llegar al puente colgante de Sant Joan de les Abadesses
Si vienes dese Barcelona en transporte privado, deberás tomar la C-33 y más tarde la C-17 dirección Ripoll para llegar hasta Sant Joan de les Abadesses en un recorrido que dura alrededor de hora y media y está compuesto por un total de 118 kilómetros. Si, por el contrario, venimos desde Girona, deberemos tomar la C-66 y la N-260 en un trayecto que sube hasta los 80 kilómetros y la hora y 20 minutos aproximadamente.
Otros pueblos mágicos que puedes encontrar en Girona
Girona es una de las zonas más bonitas de Cataluña sin ningún lugar a dudas. Con el encanto de la Costa Brava y un sinfín de pueblos interiores que hacen las delicias de los más curiosos, a continuación te dejamos todos esos imprescindibles que debes conocer alguna vez en la vida.
- Cadaqués: el pueblo costero consta de casas blancas en el núcleo antiguo del y sus callejuelas son una de las imágenes más características. El paseo marítimo, especialmente al amanecer y al atardecer, es una de las puestas más bonitas que te puedes llevar.
- Calella de Palafrugell: las calles estrechas y empedradas, las casitas blancas, las barcas saliendo del puerto y sus calas son una experiencia mágica.
- Castellfollit de la Roca: el pueblo se sitúa sobre un impresionante risco de roca a 50 metros de altura sobre el río Fluvià. Todo un impacto para aquellos que lo visitan por primera vez.
- Peratallada: el pueblo ha sabido mantener la esencia medieval en sus calles y plazas y recrean un tiempo que ya no existe. Visita obligada.
- Tossa de Mar: las murallas del castillo son las guardianas de la zona más antigua de la ciudad, que seduce por su encanto medieval. Encontramos estrechos callejones con cantos rodados y fachadas de piedra, además de playas y las calas que la rodean.
- Besalú: el pueblo es un lujo para los amantes del arte y la historia. Encontramos la iglesia de Sant Vicenç, el puente románico, la casa de Cornellà y la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià. Un sinfín de rincones que guardan toda su esencia.
- Camprodon: su patrimonio histórico y cultural es impresionante. Destaca, sobre todo, el Pont Romà, en una de las imágenes más icónicas del pueblo.
- Pals: visitar el pueblo es viajar por el túnel del tiempo, ya que su patrimonio histórico y artístico es impresionante. Un paseo por su casco histórico es una maravillosa manera de dejarnos llevar por la belleza y la historia.