Cataluña cuenta con parajes que parecen de otros lugares. Si te hacen gracias los edificios extraños o que recuerdan a alguna chapuza, sin duda te va a encantar esta iglesia catalana del siglo XII. Reconocible a distancia por su inclinación y conocida por los autóctonos como la "Pisa catalana".
En la bucólica localidad de Santa Eugènia de Nerellà, perteneciente al municipio de Bellver de Cerdanya, se encuentra un tesoro arquitectónico que destaca por su singularidad y encanto: la Iglesia de Santa Eugènia de Nerellà. Claro que muchos la conocen de otra manera, como la Pisa catalana.
Una iglesia monumento
Construida en el siglo XII, esta iglesia románica es un testimonio vivo de la rica herencia cultural de la región de la Cerdaña. Su estructura, historia y, sobre todo, su especial campanario, la han llevado a ser declarada monumento histórico-artístico nacional desde 1983.
El citado campanario es el único de torre románica conservado en la Cerdaña, pero no es especial sólo por eso. Este campanario presenta una inclinación pronunciada hacia el sureste, recordándonos a la famosa Torre de Pisa italiana.
Características técnicas
De planta cuadrada con lados de 3,40 metros, este campanario se eleva a lo largo de cuatro niveles. La base, de superficie lisa con una pequeña aspillera, se eleva en varios pisos en los que descubren tres arcos ciegos de estilo lombardo en el segundo nivel. Las cantoneras sobresalientes actúan como pilastras, proporcionando un carácter distintivo a la estructura.
El tercer piso del campanario destaca por su gran arco ciego y una ventana de aspillera, manteniendo las características cantoneras que caracterizan el nivel inferior. Finalmente, el cuarto piso presenta, en cada cara, un ventanal de arco de medio punto, con dimensiones de 1,50 por 1,90 metros, y se cubre a dos vertientes.
La famosa inclinación
La verdadera maravilla de este campanario, sin embargo, reside en su inclinación impresionante. Inclinándose hacia el sureste con un desplome de 1,20 metros a lo largo de una altura de 18,50 metros, la torre se convierte en un testimonio visual de la habilidad arquitectónica de la época y desafía la gravedad con elegancia.
En 1983, la importancia histórica y artística de este campanario se vio reconocida oficialmente al ser declarado monumento histórico-artístico nacional. Desde entonces, la Torre de Pisa Catalana atrae a visitantes de todas partes que buscan maravillarse con su inclinación única y su belleza arquitectónica.
Un entorno increíble
Este tesoro arquitectónico, que fusiona la majestuosidad románica con la curiosidad inclinada de la Torre de Pisa, se encuentra en uno de los lugares más verdes de los Pirineos. Sus prados, sus pistas de esquí, sus peculiares pueblos y su proximidad con Francia la convierten en una de las zonas más apreciadas de Cataluña.
Lejos de cualquier gran capital catalana, este monumento está a dos horas en coche de Barcelona. Para llegar hasta allí es necesario tomar la C-16, continuar por la N-260 hasta Bellver y una vez dentro desviarse hasta la iglesia. La experiencia es única.