Hacer turismo en pueblos medievales es lo mejor para aquellos que buscan una experiencia única y auténtica. Estos encantadores lugares ofrecen la oportunidad de retroceder en el tiempo y explorar calles empedradas, castillos imponentes, iglesias centenarias y plazas pintorescas. La atmósfera histórica y la arquitectura bien conservada transportan a los visitantes a un mundo donde la vida cotidiana se mezcla con leyendas y tradiciones.
Esta vez hablaremos de Prades, una pintoresca localidad tarraconense ubicada en la comarca del Baix Camp. Recibe el apodo de la "Villa Roja" gracias a la piedra de tono rojizo que caracteriza parte de sus edificios y está situada en las Montañas de Prades.
Conoce más Prades
Este municipio se encuentra dentro de la Red Natura 2000 de las Montañas de Prades. Ostenta el estatus de Reserva Natural Parcial del Barranco del Titllar y Tossal de la Baltasana, así como del Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN).
Su conjunto histórico es excepcional, ya que está compuesto por el castillo, las murallas, la plaza y la iglesia y tiene el reconocimiento de Bien de Interés Cultural. Estos elementos, que se remontan a épocas medievales, evocan la historia viva del lugar.
Qué ver en Prades
Sus majestuosas murallas conducen al casco antiguo, mientras que en el castillo solo subsisten ruinas testimoniales. Sin embargo, la iglesia de Sant Miquel conserva el ábside, la antigua capilla y un segmento de su nave principal.
La plaza Mayor se erige como el punto neurálgico de la ciudad, un espacio porticado donde se congregan magníficos bares y restaurantes. Aquí se encuentra la Font de Prades, de estilo renacentista; la iglesia de Santa Maria, con mezcla de estilos y la característica piedra rojiza, que captan la atención de turistas.
Adosado a la iglesia y a las casas de la plaza se encuentra un imponente arco, vestigio del Portal de la Cruz, una antigua entrada al recinto amurallado. El conjunto histórico de Prades se completa con otros rincones con encanto, como el Pasaje de la Muralla, la plaza de los Infantes, la plaza de la Paz y el Arco de Pons; así como la casa más antigua del pueblo, a la que se accede cruzando el Barranco de los Bassots mediante uno de los antiguos accesos murales, conocido como el Planet del Pont.
Más allá de Prades
Para quienes deseen explorar más allá del núcleo urbano, encontraremos la ermita de Sant Antoni: una pequeña construcción de piedra reconstruida en la década de 1950.
La topografía de las Montañas de Prades brinda unas maravillosas oportunidades para la exploración del entorno natural a través de rutas señalizadas, ideales para caminatas o paseos en bicicleta. Entre los lugares destacados se encuentran la Roca Foradada y el majestuoso Perelloner del Sisteré, un árbol monumental de 12 metros de altura con una envergadura de más de 3 metros.
Desde la Ermita de la Abellera, ubicada a poco más de 1000 metros de altitud, se puede disfrutar de una panorámica del valle del río Brugent, el municipio de Capafonts y las montañas circundantes. Para una vista aún más espectacular, se puede ascender al punto más alto de las Montañas de Prades, la cima del Tozal de la Baltassana, que se alza a 1203 metros sobre el nivel del mar.