Cuando la Costa Brava se toca con los Pirineos, Cataluña esconde unos pueblos de impresión. Antes de llegar a Francia, el Mediterráneo empieza a formar cabos y golfos que dan unas formas sinuosas al litoral y los afortunados que viven allí no pueden hacer otra cosa que quedar rendidos a la naturaleza.
Uno de estos municipios encantadores es Colera, un pintoresco escenario costero anclado en la parte norte de la costa de Girona, que ofrece una escapada encantadora. En este rincón del Alt Empordà, la armoniosa fusión entre el mar y la montaña crea un ambiente que invita a explorar y relajarse, convirtiendo cada visita en una experiencia única y rejuvenecedora.
El pueblo de las seis calas
Las montañas que encierran Colera a la orilla del Mediterráneo esconden un tesoro histórico y cultural. La ermita románica de San Miguel, del siglo XI, con su imponente campanario de sillería y su sendero accesible, es un destino imperdible para los amantes de la historia. El antiguo puente de hierro de 1878 y el Mirador de la Montaña de los Cañones son otras paradas destacadas que ofrecen vistas impresionantes y un vistazo al rico pasado de la región.
Pero si algo propicia su ubicación son sus posibilidades. Los más playeros cuentan con seis calas bañadas por el sol. Cala Rovellada, Playa d’en Goixa, Playa Carbassó y otras, ofrecen escenarios idílicos para disfrutar del sol y el mar, mientras que lugares como Art Parc y la veta blanca cerca de Cala Rovellada atraen a los aficionados al arte y la geología.
Ruta histórica
Por su parte, las montañas que separan Colera de Francia, permiten realizar tranquilas excursiones de senderismo o, en otoño, buscar setas. Y para los más atrevidos, pueden cruzar la frontera y pisar la misma tierra por la que centenares de exiliados por las guerras (la Mundial y la Civil Española) marcharon en busca de libertad.
Opciones hay para todos, también para los más gourmets. La rica tradición gastronómica de la zona invita a degustar platos locales, como el jabalí y la perdiz roja, una experiencia imperdible para los amantes del buen comer.
Cómo llegar
Para llegar a Colera, hay múltiples opciones disponibles. Desde Figueres, sigue la carretera nacional N-260 hasta Llançà y luego toma el desvío hacia Colera y Portbou. Además, el tren, el autobús de la empresa Farga e incluso el barco ofrecen alternativas para llegar a este encantador enclave costero.