Girona es una tierra soñada. Costa Brava, Pirineos, pueblos maravillosos, medievales, en acantilados. En cambio, no son de las zonas más demandas para ir a vivir, lo que no quita que los precios de la vivienda sean baratos.
La cuarta capital catalana es la menos presionada de todas, a pesar de ser la más deseada para vivir de toda la provincia. Un estudio de Idealista del último trimestre de 2023 sobre las ciudades más presionadas por la alta demanda en relación con la oferta inmobiliaria, la sitúa en el puesto 46, por detrás de Tarragona (32), Lleida (27) y Barcelona (12). Y eso sólo contando las capitales.
Destacada por la prensa internacional
Tal y como destaca el rotativo inglés Monocle, Girona ofrece todas las ventajas de las grandes urbes, pero también una mayor calidad de vida en un entorno más pequeño y controlado. A pesar de todo, no es de las más demandas.
Eso no quita que la gente caiga rendida ante las estrechas calles del antiguo barrio judío, descubra la plaza más pequeña de España o la majestuosa catedral de Santa María y la basílica de Sant Félix. Eso sin contar con las casas de colores de al lado del río o el parc de la Devesa. Sus encantos son tales que una macroproducción como Juego de Tronos, se desplazó allí para rodar parte de la sexta temporada. Pero es que la lista de lugares a destacar es interminable.
Los ríos de Girona
Conocida como la "Ciudad de los Cuatro Ríos", Girona conserva vestigios que remontan a épocas romanas, árabes y hebreas. El epicentro de este viaje histórico se encuentra en el recinto amurallado de la Força Vella, donde convergen las obras maestras que narran el devenir de la ciudad.
El núcleo antiguo conserva las huellas de su fundación romana en el siglo I a.C., destacando la primitiva muralla que se extiende desde el Paseo Arqueológico hasta los Jardines de la Muralla. Pero si algo destaca en esta zona es la Catedral.
Templos religiosos
El templo religioso que sirvió de escenario para Juego de Tronos revela su origen románico a través de su aspecto de fortaleza y su ubicación estratégica. La imponente nave gótica en su interior, la más ancha de la arquitectura medieval europea, alberga el Tapiz de la Creación, una de las joyas textiles del románico catalán. Junto a la escalinata de entrada se encuentra la Pia Alomoina, una antigua institución benéfica de estilo gótico.
La arquitectura religiosa de Girona, por eso, ofrece mucho más. Incluye el monasterio benedictino de Sant Pere de Galligants y la iglesia de Sant Nicolau, ambos ejemplos del románico catalán con ábsides y cúpulas octogonales que cuentan historias del medievo. Rodeado de jardines, el convento de Sant Doménech, de factura gótica, evidencia la importancia de las órdenes religiosas en la colonización y repoblación de Cataluña durante la Edad Media.
Legado judío
El legado árabe y hebreo se manifiesta en el Call, la judería de Girona, con sus estrechas calles como la calle Força, que albergaba sinagogas y centros de estudio cabalístico. La plaça del Oli y la plaça del Vi conservan su autenticidad, presentando algunas de las mejores joyas de arquitectura palaciega medieval, como la Fontana d’Or. Hoy en día, el Call es una de las juderías mejor conservadas de España. No lejos de este enclave, los Baños Árabes exhiben, en un convento capuchino, un templete coronado por una cúpula octogonal.
Al otro lado del río, los ejemplos más bellos del modernismo catalán, destacan con luz propia: la Fábrica Teixidor y la casa de la Punxa, adornan la ciudad, cuyo pulmón verde es el Parc Devesa, un lugar de recreo con una exótica masa forestal que contrasta con la arquitectura medieval de Girona.
Más allá de Girona
En cada rincón, los viajeros pueden deleitarse con la gastronomía regional, que fusiona productos del mar y la montaña en sus deliciosas recetas. De allí, salieron los hermanos Roca, por ejemplo, cuyos padres aún conservan el restaurante que vio crecer a los chefs estrellados.
Y a pesar de todo, Girona no es de las ciudades catalanas con más presión inmobiliaria. Pocas localidades más destacan en la lista del portal inmobiliario. Lloret de Mar se sitúa en el lugar 88 de toda España. Ya pasado el puesto cien, aparece Castell-Platja d’Aro (114), uno de los lugares de veraneo favoritos por la clase media-alta barcelonesa.