Los pueblos medievales más bonitos de Cataluña
Algunos de estos lugares ocupan un puesto privilegiado en la lista de los pueblos más bonitos de España
7 abril, 2018 11:27Durante la Edad Media, Cataluña fue uno de los territorios de mayor expansión dentro de la Marca Hispánica del Imperio carolingio. Su historia e influencia dejaron para la posteridad puntos de gran interés turístico a lo largo y ancho de la comunidad autónoma. Pequeños pueblos que ahora gozan de un encanto especial anclado en el pasado, pero en pleno siglo XXI.
Calles empedradas, soportales, balcones de piedra, entramados de madera, arcos monumentales... Ninguno de ellos se priva en detalles. ¿Quieres ser el protagonista de un viaje en el tiempo? Descubre los pueblos medievales más bonitos de Cataluña.
Guimerà, ¿el más hermoso de todos?
Son muchas las personas que han visitado este pequeño pueblo de la provincia de Lérida las que le otorgan el título. No solo por la increíble fortaleza que vigila el lugar desde lo alto de la colina, también por su distribución escalonada, las galerías encubiertas, el cauce del río y las casas de piedra que forman un laberinto de calles estrechas.
Muy cerca de Guimerà se encuentra Conesa, que comparte cierta belleza con su predecesor. Perfecto para los amantes de la tranquilidad en plena montaña. Este enclave histórico destaca por su recinto amurallado, sus plazas y portales, y la hermosa iglesia de estilo gótico-romano que protege a sus habitantes.
Monells, Besalú y Castellfollit de la Roca
Monells es un pueblo medieval de Girona que crece alrededor de un antiguo castillo, del que hoy solo se conserva su imponente muralla. Sin embargo, toda la atención recae sobre su hermosa plaza, lugar donde se rodó la película 'Ocho apellidos catalanes'. Aunque nada puede compararse al puente fortificado que recibe a los visitantes en Besalú, cuyos arcos y torres defensivas intimidan a todo aquel que ose cruzar sus fronteras.
Como si de un cuento de hadas se tratara, el pueblo de Castellfollit de la Roca se muestra rodeado de un halo de misterio sobre un acantilado de roca basáltica. Desde lejos se observa el campanario de la iglesia de Sant Salvador, mientras el resto espera a ser descubierto.