Girona es sinónimo de Costa Brava, playas de aguas cristalinas y arena dorada. Pero en realidad es mucho más. Sus pueblos atesoran en su interior la Historia que no siempre se quiere ver, la de las batallas, las guerras, las muertes y las conquistas. Edificios que recuerdan que la historia se forja con batallas que es mejor no repetir, monumentos del pasado que vale la pena visitar para no olvidar.

Uno de estos puntos de la provincia limítrofe con Francia más espectaculares es el Castillo de Sant Ferran. Una imponente fortaleza militar que ha sido testigo de la historia de Cataluña a lo largo de los siglos y que se erige como recuerdo del pasado del territorio y su gente.

Dimensiones monumentales 

Construido en el siglo XVIII, este coloso arquitectónico se destaca no solo por su imponente presencia, sino también por su papel crucial en la protección de la región fronteriza del Empordà ante las incursiones de las tropas francesas.

Con una extensión de 32 hectáreas y un perímetro exterior que abarca 3,5 kilómetros, el Castillo de Sant Ferran es reconocido como el monumento más grande de Cataluña y la fortaleza moderna más extensa de Europa. Su imponente estructura, proyectada para albergar a una dotación de 6.000 hombres y 230 cañones, lo convierte en un testimonio tangible del ingenio militar del siglo XVIII.

Castillo de San Ferran PATRIMONI DE CATALUNYA

Ubicación estratégica

Ubicado estratégicamente en lo alto de una colina de Figueres, el castillo ofrece vistas panorámicas impresionantes de la sierra de la Albera, fronteriza con Francia, y del golfo de Roses. Su posición estratégica, sumada a su construcción posterior a la Paz de los Pirineos de 1659, refleja su propósito original de reforzar la frontera y salvaguardar la región.

La construcción del Castillo de Sant Ferran comenzó en 1753, para proteger a la población de las invasiones francesas, y concluyó en 1766. Pese a que su inauguración fue este último año, no fue hasta 1892 que no se acabó de construir. Este largo periodo de construcción, marcado por su complejidad y magnitud, evidencia los desafíos enfrentados por aquellos que dieron vida a esta formidable estructura defensiva.

Las dependencias del castillo 

Adentrarse en el interior del castillo es sumergirse en una vastedad de más de 325.000 metros cuadrados. Seis baluartes conectados por paños de muralla rodean un escenario que incluye caballerizas con capacidad para 500 caballos, almacenes capaces de resguardar víveres para 10.000 personas durante un año, una extensa plaza de armas, nueve pabellones para el alojamiento de autoridades y sus familias, y cuatro cisternas con una capacidad total de nueve millones de litros de agua.

El recinto exterior, con un perímetro de 3.120 metros, presenta tres hornabeques, siete revellines y dos contraguardias. Separado del exterior por un imponente foso de 10 hectáreas, actualmente abierto a las visitas públicas, este recinto revela sus secretos históricos a aquellos dispuestos a explorar sus galerías subterráneas.

Castillo de San Ferran WIKIPEDIA

Un legado significativo 

A lo largo de su historia, el Castillo de Sant Ferran ha experimentado cambios significativos en su función. Desde ser un activo militar de difícil y costosa actividad hasta convertirse en cuartel militar y prisión, el castillo finalmente abrió sus puertas al público en 1997, permitiendo que visitantes de todo el mundo descubran su rica historia y magnífica arquitectura.

Menos original que el museo Dalí de Figueres, mucho menos artístico y con una historia marcada por el miedo, las guerras y el terror, el Castillo de Sant Ferran en Figueres se presenta como un monumento al recuerdo, una fortaleza que retiene el espíritu bélico de otra época y, a su vez, a joya histórica que atestigua la grandeza arquitectónica de la historia de Cataluña.

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