Aviso a navegantes: ningún volcán ha destruido todo un poblado con sus habitantes en Cataluña, pero sí hay un municipio que ha vivido guerras como las sucedidas en ese enclave italiano. Y algo de esa perdura hasta hoy.
A 600 metros de altura, sobre un pico de la sierra del Montseny se erige un castillo que domina los valles. Una fortaleza medieval construida, remodelada y acechada durante 500 años.
Historia del castillo
A lo largo de toda su historia, este castillo ha soportado el paso del tiempo, pero, sobre todo, las embestidas de diversas batallas, resistiendo con majestuosidad hasta nuestros días. De allí, el apodo que tiene.
Pero al margen de las batallas y acechos sufridos, el castillo de Montsoriu es un testigo silente de la evolución arquitectónica y los cambiantes usos que ha experimentado a lo largo de los siglos. El hecho de que su construcción y sucesivas ampliaciones y remodelaciones se extendieran desde el siglo X hasta el XV, hacen que sus paredes se conviertan en la fusión perfecta entre el gótico y el renacimiento.
Las tres partes
Más allá de eso, impresiona la imponente estructura del edificio. Compuesto de tres recintos amurallados concéntricos y escalonados: el recinto Sobirà, el Patio de Armas y el recinto Jussà, cada uno tiene su propia historia.
El recinto Sobirà (siglos X-XII) se alza como la cima más elevada, dominando el paisaje con la imponente presencia de la Torre del Homenaje. Aquí, la capilla prerrománica de Sant Pere alberga pinturas románicas y la sala gótica, preservando la riqueza artística de épocas pasadas.
Lo más nuevo
A un nivel inferior se despliega el Patio de Armas, núcleo central del castillo. Construido entre los siglos XII y XIV, este espacio fue parcialmente cubierto por una galería porticada. Con el advenimiento del siglo XIV, el castillo de Montsoriu se transforma en un palacio residencial, dando origen a dependencias como la sala-comedor y la cocina.
Finalmente, el recinto Jussà se revela como un espacio uniforme con cuatro torres rectangulares, diseñadas para proteger la pequeña puerta de acceso al castillo.
Visitas guiadas
Entre medio, el castillo sirvió de residencia de vizcondes, reyes y otros nobles. De allí, que fuera motivo de ataques por parte de franceses en 1285. A pesar de todos los desperfectos causados, no consiguieron hacerse con él. Sólo el tiempo lo ha hecho.
Hoy, en la cima de la colina, las imponentes murallas defensivas románicas, las torres que marcan la línea del horizonte y el interior gótico, que en su tiempo fue la lujosa residencia de los vizcondes de Cabrera, se mantienen en pie como vestigios de una época dorada. Pero las reformas son continuas y, gracias a ellas, se puede visitar.
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