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Curiosidades

El increíble restaurante catalán escondido en una cueva

Uno de los pueblos más bonitos de Cataluña esconde un local en el que las rocas hacen de sofá y las vistas son de escándalo

22 diciembre, 2023 17:49

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Enclavado en la pintoresca localidad de Siurana, joya de la corona de Cataluña, se alza el Refugi Ciríac Bonet, un bar que no solo ofrece una experiencia gastronómica, sino que se convierte en un destino único en el mundo.

Situado en la cima de un acantilado que se asoma sobre el serpenteante río Siurana, este refugio se erige como el lugar perfecto para aquellos que buscan un deleite para los sentidos.

Un restaurante particular

Disfrutar de una cena romántica, tomar una copa al atardecer o disfrutar de un buen almuerzo tras descubrir los encantos de la naturaleza que rodea el lugar se convierte en mucho más que un plan.

Quien desea adentrarse allí ha de cruzar la puerta del número uno de la calle Pla de la Torre Alta. Al hacerlo uno no cree lo que ve. Un bar dentro de una cueva, rocas con formas suntuosas que hacen las funciones de pared, sofá, suelo y techo.

Naturaleza y gastronomía 

Si eso no fuera suficiente, al final de esta cueva hay otra puerta. Desde allí hay acceso a la terraza que, con suelo de madera en comunión con el entorno, uno puede tener una vista panorámica del río y las montañas que le rodean.

Pero si esto impresiona, la oferta gastronómica no se queda atrás. Inspirados en la riqueza de los ingredientes locales y en la tradición catalana, los sabores que se sirven en este rincón único transportan a los comensales a una travesía gastronómica auténtica. Un extra más para disfrutar de una experiencia sensorial completa.

Iglesia de Siurana

Iglesia de Siurana TURISME SIURANA

Los encantos de Siurana 

El lugar no puede ser más ideal, porque además de esta cueva y estas vistas, Siurana es mucho más que un simple pueblo. Sus calles estrechas y empinadas tejen un laberinto de encanto, donde cada paso revela la historia impresa en las piedras típicas de sus casas. Eso le ha llevado a ser uno de los pueblos más bonitos de España, aunque ellos rechazan aparecer en el listado para no masificar el municipio.

Ubicada en un peñón de la sierra de Prades, este pueblo de poco más de 160 parece detenido en el tiempo. Pasear por sus calles es impregnarse de esas batallas que vivió Ramón Berenguer IV para hacerse con este territorio en su conquista de los terrenos que van de Lleida a Tortosa.

Un pueblo con historia 

Los restos de la fortaleza árabe, datada del siglo IX, que sirvió de residencia de Almira Alemoni, así como cárcel de algunas figuras históricas de la época. De la época de reino musulmán, también ha quedado una leyenda.

En las afueras, en el conocido como Salto de la reina Mora, una roca con vistas al río y al pantano de Siurana, hay una herradura grabada. Dicen en el pueblo que es del caballo de la reina mora Abdelazia. La monarca prefirió quitarse la vida que someterse a los cristianos que iniciaron la Reconquista. Se despeñó en ese lugar, pero su caballo opuso tal resistencia que dejó marcada allí su herradura.

Siurana

Siurana

Qué ver 

Pero más allá de historias y leyendas, sus calles empedradas y el estilo de las casas, transportan al visitante a la Cataluña del medievo. Aquella que vio cómo se construía, entre los siglos XII y XIII, la iglesia de Santa María. Un edificio de estilo románico cuyos grabados todavía se conservan.

Al margen de la arquitectura y su urbanismo, Siurana hace las delicias de los amantes del senderismo y los deportes de montaña. Su entorno es ideal para las rutas BTT o la escalada, gracias a los picos de la sierra de Prades. Y, obviamente, el río y el pantano ofrecen la posibilidad de realizar actividades acuáticas varias.

Cómo llegar

A Siurana se llega por la AP-7 y la desviación hacia Reus por la T-11. Una vez pasadas Les Borges del Camp se toma la C-242, deja a su mano derecha el pantano y unos kilómetros más adelante se toma la carretera de curvas que llega a la localidad.

No esperen mucho aparcamiento en el núcleo histórico. Es un pueblo pequeño, ya lo dicen sus gobernantes, no quieren mucha masificación. Por eso se les pide a sus visitantes respetar el entorno y evitar las máximas molestias a sus vecinos.