La mina suena como a algo de hace muchos años, pero este oficio, a día de hoy, sigue existiendo. Ser minero aún puede ser una opción si te estás replateando tu futuro, quién sabe.
Y sí, también hay día para esto. El 4 de diciembre se celebra el Día del Minero con la finalidad de homenajear la labor desempeñada por los trabajadores mineros en todo el mundo. El motivo es que coincide con Santa Bárbara, que se celebra en este mismo día.
Santa Bárbara fue una mártir cristiana, considerada la patrona de los mineros, canteros, astilleros, fabricantes de pólvoras y armas de explosión. De acuerdo con la tradición que vincula la celebración de este día, se estima que en el año 1448 ocurrió un hecho trágico en Holanda: un hombre sufrió un accidente en el que estaba envuelto en llamas de fuego y al invocar la protección de Santa Bárbara logró sobrevivir. Es por ello por lo que las mujeres y hombres mineros en todo el mundo confían en la protección de su patrona.
Una mina con nombre de mujer
Por eso, es un buen momento para descubrir una mina del territorio catalán: La Mina Victoria que se encuentra en el municipio de Arres y está incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Es considerada el yacimiento de zinc y plomo más importante de la Vall de Aran, situado en el límite de Bosot.
Se encuentra en un paraje apartado y a una altitud de 1500 m, lo cual supuso graves inconvenientes climáticos y obligó a los mineros a vivir, permanentemente, en la montaña durante la época de la extracción.
En el año 1912, la Mina Victoria ya se encontraba en plena explotación y se extraían alrededor de 80 toneladas de mineral bruto por día en la que trabajaban entre 100 y 150 personas, repartidas entre el interior y el exterior de las galerías.
Al estallar la Guerra Civil, se suspendieron los trabajos en las minas hasta el 1949, año en que se reanudó la explotación, prologándose hasta 1953; cuando la bajada del precio del zinc y la falta de mano de obra provocaron su cierre definitivo.
En 2004 la Mina Victoria se abrió al público después de recuperar y restaurar parte de sus infraestructuras para que se pudieran visitar. Al tratarse de una explotación minera de alta montaña se planteó la visita como una ruta de senderismo.
Ruta minera
La ruta se inicia en la Bassa de Arres y se recorren las diferentes instalaciones mineras. Se ha recuperado la sala de máquinas, como pequeño centro de visitantes, en la que estarás acompañado de un guía en todo el recorrido y que se dirige hacia la galería Sacosta. Ésta tiene 200 metros de longitud en la que se pueden ver los diferentes métodos de explotación del mineral.
También, podrás visitar la cantina, la casa de los obreros y las balanzas. El itinerario finaliza en el mismo punto de inicio, en la Bassa d’Arres. Es una ruta a pie de unas dos a tres horas, de 3 km Dispone de centro de visitantes, visitas guiadas y zona de pícnic. ¡Descubre una manera diferente de pasar el fin de semana!