Ya está aquí la temporada de esquí. Del 24 al 1 de diciembre, todas las pistas de Cataluña van a abrir para hacer las delicias de los amantes de este deporte (o del postureo, que hay de todo).
Las nevadas de este 22 de noviembre han llegado como agua de mayo y se esperan grosores importantes. Pero la situación no está para echar cohetes. Las estaciones se han apresurado a ampliar zonas y servicios ante la posibilidad de que no haya tanta nieve. Las consecuencias del cambio climático ya se hacen notar.
Sensibilidad medioambiental
Con este panorama, ¿qué tal ir en tren hasta las pistas de esquí? Es una opción posible para todos aquellos que no tengan carnet de conducir y los que, además, quieran apostar por la reducción de emisiones contaminantes. Y lo mejor es que viene con premio.
Hay dos estaciones del Pirineo catalán a las que se pueden acceder en transporte público. Un transporte público que ofrece la posibilidad de comprar el billete combinado con el forfait para acceder a las estaciones. Eso sin contar, con la magia de llegar a unas pistas en tren.
Una estación muy especial
Como los conocedores de Cataluña habrán podido deducir. Una de las estaciones a las que llega el ferrocarril es Núria. De hecho, la única manera de llegar hasta allí es a través del cremallera que se coge en Ribes de Fresser.
Desde allí y hasta llegar al valle, pasando por Queralbs, el tren salva una distancia de 12,5 km con un desnivel de 1000 metros. Un hecho que hace imposible que llegue un tren normal de línea, el cremallera fue la principal solución. Un ferrocarril que tiene una historia muy interesante.
Siguiendo las vías
Pero como ya hay un artículo en este diario que habla de este tren, vamos a saltar a la segunda pista a la que se puede llegar en tren. Bueno, tren y bus.
Si uno no quiere vivir la experiencia de visitar la Vall de Núria o ya lo ha hecho muchas veces, no hace falta que se baje en Ribes de Fresser. La misma línea de Rodalies que llega hasta allí.
A más de 1.400 metros
La línea R3 de Cercanías de Barcelona parte de L'Hospitalet de Llobregat, teje un recorrido norte-sur, cruzando el Vallès, Vic y otras comarcas del interior de Cataluña hasta llegar al corazón de los Pirineos. Y así, además de bajar en Ribes, uno puede parar en la estación de La Molina.
Situada a 1.420 metros de altitud, se erige como un testimonio centenario de la evolución ferroviaria del país y de la región esta parada que, si bien se queda a unos kilómetros de distancia de las pistas, hay posibilidad de salvar este tramo sin coche.
Tren + bus + forfait = 0 coches
Renfe ofrece la posibilidad de poder llegar perfectamente a las pistas con un billete combinado que incluye no sólo el forfait para acceder a las pistas, sino también el bus lanzadera que lleva hasta ellas desde la estación de tren. Y todo, sin coger el vehículo privado.
Con estas alternativas, ir a esquiar puede resultar más económico de lo que uno piensa. Sobre todo, teniendo en cuenta el precio de la gasolina.