En el corazón de Santa Coloma de Gramenet, un tesoro gastronómico ha emergido como la sensación culinaria del momento: La Canyella, un rincón dedicado en cuerpo y alma a la elaboración de exquisitas cocas caseras o como son conocidas en Cataluña, torrades.
Con una propuesta gastronómica única, este restaurante se ha convertido en poco más de un año en el lugar predilecto para los amantes de las tostadas y los sabores auténticos. La calidad y el buen servicio convencen.
Variedad de sabores
La carta de La Canyella deslumbra con una amplia variedad de cocas, cada una elaborada con los mejores ingredientes para satisfacer los paladares más exigentes. Desde la torrada de lacón o de lomo con queso de cabrales y allioli gratinado o la de pinchos.
También hay opciones más tradicionales como la de escalivada, la de bacalao o la de jamón. En cualquier caso son opciones que prometen a sus comensales no pasar hambre, porque su tamaño es tal que se salen del planto en el que va servido.
Experiencia gastronómica completa
Para los que no puedan decidirse, La Canyella ofrece la opción de un menú con una selección de sus mejores platos. Porque no todo se acaba en el pan. Con esta opción uno puede acompañar la ensalada de entrante y rematarla con alguno de sus postres.
Y es que el restaurante no sólo ofrece cocas. También hay increíbles ensaladas, pinchos varios, patatas al caliu, embutidos. Los postres tampoco se quedan cortos, destacan en especial el coulant de chocolate blanco, un tiramisú de receta propia y la cheesecake casera La Canyella.
La experiencia va más allá de lo que se ve en el plato. Cada rincón del restaurante emana un ambiente acogedor y cálido, ideal para disfrutar de momentos especiales con amigos, familiares o pareja. La cuidada presentación de cada plato refleja el compromiso del establecimiento con la calidad y la atención al detalle.