Emprender no es tarea, por eso cuando sale un éxito debe reconocerse. La emprendedora extremeña Paula Ruiz y la leridana Laura Giménez son un ejemplo de cómo hacer que una buena idea funcione.

Cuando todavía no estaba de moda esto de los brunch y lo más curioso eran bares que servían cereales con leche todo el día, ellas fueron más lejos. En primer lugar, a Estados Unidos. Un viaje de ambas en 2015 les sirvió de inspiración.

Desayuno a todas horas

De inspiración y de comer bien. Les encantaron esos desayunos con huevos, pancakes, tortitas y demás. ¿Por qué no llevarlo a Cataluña? ¿Por qué no disfrutar de estos manjares, además, durante todo el día? Ellas lo han hecho posible.

Desde que abrieron su primera tienda en el barrio de Sant Antoni de Barcelona, los clientes no han faltado. Los amantes de los desayunos a cualquier hora del día se han visto atraídos por la miel de sus tortitas, como si fueran abejas. El sabor de sus platos y una excelente atención les ha hecho quedarse.

Expansión 

El público fiel cada vez ha ido a más. Su oferta, también. A medida que han abierto más locales en Barcelona, Madrid y Málaga, su carta se ha ampliado con pasteles de gran tamaño, dignos de cualquier fiesta de cumpleaños. Ellas han hecho que no sea necesario celebrar nada para degustar de una buena cheesecake de Oreo a las nueve de la noche.

Otro de los secretos de toda su carta es que su producto es de receta propia. No hay fórmula, no hay ninguna cadena de distribución que venga detrás a aportarle estos pasteles o la base de los pancakes, los elaboran sus trabajadores en las cocinas de los locales.

Variedad absoluta 

¿Alguien más puede decir que puede desayunar a cualquier hora del día un producto 100% estadounidense con una receta original? Muy pocos. De allí su triunfo y expansión. Un éxito que les ha llegado, especialmente, del boca a oreja, de su manejo con las redes y de la exquisitez de sus platos.

En la carta hay 35 tipos de tortitas, con seis masas diferentes y seis siropes de elaboración propia. Eso sin contar la docena de tartas caseras que tiene, la misma cantidad de sándwiches o el costillar o hamburguesas que uno puede comerse también a las 8 de la mañana. Porque, ¿quién lo impide?

Carta renovada 

Gracias a ellas ya no es necesario cruzar el charco para disfrutar de esos caprichos que uno sólo se permite cuando va al extranjero. Con ir a Barcelona, Madrid o Málaga ya es suficiente. Y todo gracias a ellas y a su equipo.

Por cierto, durante todo este tiempo, la carta ha ido creciendo y sus viajes a Estados Unidos también. Ahora, intentan ir al menos una vez al año. Van cada vez a un estado distinto no para robar recetas, sino para ver qué más pueden ofrecer a sus clientes cuando regresen y cómo hacer su propia versión. Igual que les pasa a sus clientes cuando prueban sus platos, no pueden parar. Nosotros sólo lo disfrutamos y lo agradecemos.

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