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Estos son los nombres más frecuentes en Cataluña

Ya se han publicado los datos del Instituto Nacional de Estadística, del año 2022, sobre los nombres y apellidos más habituales

19 octubre, 2023 11:02

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Nos encanta saber cuáles son los nombres más puestos, cuáles son los que más se llevan, cuáles son los más bonitos o cuáles son los más raros. Es verdad que elegir el nombre para nuestros hijos será una de las decisiones en la vida que tengamos que tomar; aunque no será la única, sí será la primera.

El Instituto de Estadística de Cataluña ha publicado los datos, del año 2022, de acuerdo con el padrón. Y nos damos cuenta de que los nombres clásicos, los de toda la vida son los que siguen triunfando y, por ahora, los mayoritarios.

¿Tu nombre es el más frecuente?

Los nombres más usuales son Antonio, María, José y Montserrat y los apellidos más habituales son García, Martínez, López y Sánchez.

Según los datos, en el ranking de los nombres más puestos están estos diez: Antonio hay 89.957; María, 88.985; José, 84.830; Montserrat, 75.819; Jordi, 72.247; María del Carmen, 69.985; David, 68.761; Francisco, 66.841; Manuel, 63.727 y Juan con 59.441.

En cuánto a los apellidos lo encabeza García, con 168.120, con mucha diferencia respecto a los otros. Le sigue Martínez, con 118.040; López, 113.353; Sánchez, 102.125; Rodríguez, 101.742; Fernández, 96.028; Pérez, 92.659; González, 91.982; Gómez, 56.724; Ruiz, 49.393; Jiménez, 45.385; Martín, 45.175; Moreno, 42.746; Hernández, 40.433; Muñoz, 38.086; Díaz, 36.274; Romero, 29.301; Torres, 27.211; Navarro, 27.623; Álvarez, 26.859; Gutiérrez, 20.844; Ramírez, 20.321; Molina, 19.886; Serrano, 18.426 y Gil, 17.908.

La mayoría de estos nombres han sido heredados de padres, madres, abuelos y abuelas. De hecho, era algo que se hacía casi de forma automática sobre todo cuando nacía el primogénito o la primogénita y en algunas familias es casi tradición; algo que se ha pasado de generación en generación. ¿Quién no ha conocido a alguien que en su familia tenga cinco o más nombres iguales? ¿Es una buena práctica o determina, realmente, el futuro de nuestro hijo o de nuestra hija?