Los datos hablan por sí solos. Los pantanos catalanes están a menos del 22% de su capacidad, no hay lluvias a la vista y las olas de calor son cada vez más intensas. Cataluña está en alerta.
La búsqueda de soluciones está en marcha. La agenda 2030, los planes del Gobierno, las restricciones de agua de la Generalitat ante la escasez de recursos. Pero algo sigue fallando.
Temperaturas y PIB
Las temperaturas podrían aumentar en Cataluña hasta 1,7°C a en 2025 si se mantienen las actuales políticas globales de descarbonización, según un estudio publicado por la consultora OIKOS. Unos datos que son todavía peor si se proyectan al nuevo siglo: en 2010, las precipitaciones podrían disminuir en un 9% en 2100.
Otro de los problemas que puede causar el cambio climático no sólo afectaría al paisaje y a los seres humanos, sino también a los recursos y a la economía. Varios sectores, especialmente los agropecuarios, pueden salir muy perjudicados. Tanto que se estima que la caída del PIB en 2050 podría ser del 4,4% y alcanzar el 7% a fin de siglo.
Dónde apuntar
Ante estos pronósticos surge la pregunta de qué más hacer para evitar esta situación. Más allá de la responsabilidad individual, los responsables del estudio miran más arriba. Los datos ofrecidos son el resultado de la inacción climática, con un compromiso político mayor, el panorama puede ser muy distinto.
A nivel económico, una descarbonización real parece el camino, incluso siendo desordenada podría hacer que el descenso del PIB a mitad de siglo fuera sólo del 3,3%. Si fuera ordenada, ya sería sólo del 1,5%. En cuanto a las temperaturas de Cataluña, tomar medidas reduciría la subida del mercurio a 1,1 grados.
Posibles soluciones
Los responsables del estudio adelantan que, con las medidas de descarbonización adecuadas, los resultados pueden verse a medio y largo plazo. Medidas que se han de extender en el tiempo y que requieren “la coordinación internacional”. En cualquier caso, no cargan más la mochila de los ciudadanos, sino que el informe pone el peso en las “políticas públicas” de descarbonización.
Una de las medidas propuestas presentadas es ir a una combinación energética paulatina que acabe en la descarbonización total. Claro que en este tránsito también deberían intervenir las tecnologías para capturar y almacenar el CO2 de las empresas contaminantes.
La realidad
Estas no son las únicas medidas que se plantean. Europa apuesta por reducir el uso del coche y apostar por el automóvil eléctrico, la Generalitat por sancionar a cruceros y en el objetivo global de las Naciones Unidas está la descarbonización, aunque cada vez hay más pasos atrás.
Los cierres de las centrales nucleares en Europa se han revertido en países como Francia y Alemania que, ante la crisis de la Guerra de Rusia y Ucrania, se han visto sin recursos energéticos suficientes y completamente dependientes del gas exterior. En cualquier caso, el objetivo de la descarbonización está allí.