Contener el avance de la demencia ha sido un desafío persistente a lo largo de los años y se configura como uno de los desafíos que aguardan en el horizonte. Varios especialistas ya mencionan ciertas costumbres que podrían retrasar su manifestación: tomar una siesta, consumir vegetales de hojas verdes, evitar el estrés y mantenerse hidratado son algunas de estas prácticas.
Un equipo de investigadores de la University College London en colaboración con la Universidad de la República de Uruguay ha examinado los efectos de una siesta en la ralentización de la demencia. Los resultados, interpretados por el medio Mirror, revelan que las personas propensas a descansar durante el día muestran un incremento en el volumen cerebral.
Estos hallazgos se traducen en cifras concretas: aquellas personas que practican la siesta, una de las actividades típicas de Cataluña, presentan una edad cerebral que puede ser hasta 6,5 años más joven en comparación con quienes no lo hacen. Investigaciones previas ya habían indicado que los beneficios cognitivos a corto plazo se experimentan con siestas de 30 minutos o menos.
Por otro lado, es posible estimular el cerebro a través de actividades intelectuales, como la lectura. Según Richard Restak, neurólogo y autor de "The Complete Guide to Memory", las novelas de ficción ejercitan la memoria y la imaginación del lector. Esto mantiene la mente ágil y aplaza la aparición de la demencia.
Otras investigaciones señalan los efectos positivos de incorporar vegetales de hojas verdes como espinacas, col rizada o lechuga en la dieta. Estos alimentos contienen beta-amiloide, que retarda la aparición del alzhéimer. Además, la hidratación adecuada potencia estos efectos. La revista Nutrients ha destacado que la deshidratación figura entre las causas de la demencia, según informa Mirror.
Asimismo, los expertos recomiendan el consumo regular de pescado fresco. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Burdeos ha evidenciado su impacto positivo en la salud cardiovascular y cerebral. Aquellos individuos que consumen pescado con regularidad exhiben resultados más favorables en las resonancias magnéticas.
Actividad al aire libre para preservar la salud cerebral La Sociedad de Alzheimer ha determinado que el ejercicio físico durante la mediana edad es esencial. El riesgo de desarrollar demencia se incrementa en un 30 % para la población en general y en un 45 % en el caso del alzhéimer.
Un estudio de la Universidad de Maryland, citado por Mirror, resalta que pasear al aire libre fortalece las conexiones cerebrales. La degeneración de estas conexiones está directamente relacionada con el desarrollo de enfermedades como la demencia y el alzhéimer. Los especialistas aconsejan variar la ruta periódicamente y explorar nuevas áreas para estimular aún más el cerebro.