España es un país de fiesta, dicen, pero también de festivales. Especialmente en verano. El único problema es que este tipo de eventos también dejan huella en el planeta. Por eso, una empresa ha decidido compensar las emisiones de dióxido de carbono de estos actos.
La iniciativa de unir ecología y turismo no es nueva. Cada vez más los festivales y los artistas son conscientes del impacto que generan a la atmósfera. Cantantes y bandas como Coldplay, Maroon 5, Billie Eilish o Shawn Mendes se han unido a esta causa. Las empresas también.
Iniciativa
La startup CO2 Revolution se ha puesto manos a la obra y ofrece más de 100.000 toneladas de sus bonos de dióxido de carbono a los festivales que lo requieran. Su solución: crear bosques para comenzar la huella dejada por los eventos y luchar así contra el cambio.
El consejero delegado de la compañía, Juan Carlos Sesma, considera que “se debe apoyar a los artistas en la planificación de giras ecológicas desde los diferentes medios relacionados con el sector”. Y es que el impacto que genera el medio centenar de grandes festivales de música que se hacen en España no es poco.
Impacto en cifras
Para calcular la huella de carbono de eventos masivos como estos tienen en cuenta la energía requerida para la iluminación, climatización y otros sistemas, así como el transporte empleado para acudir. En total, para compensar la huella de carbono de un festival de música de dos días de duración, al que acuden 20 grupos de música y 40.000 asistentes, se estima que se generen 5.000 toneladas de CO2.
De esta cantidad, el 20% sería procedente de emisiones directas (residuos propios generados, montaje del evento, energía generada in situ…) y 80% de emisiones indirectas (transporte de proveedores y asistentes, residuos generados en el evento, productos comprados o utilizados…).
Soluciones
Ante este panorama medio, la startup estima que para compensar el impacto de un festival así se necesitarían plantar 20.900 árboles aproximadamente a una densidad de plantación de 1.100 pies/ha. A partir de allí, hacen más cálculos. Al final del periodo de permanencia de este bosque, el cual se estima en 40 años, se tendrá una densidad de 900 p/ha, lo que corresponde a 17.100 árboles. Estos árboles habrán absorbido tras cuatro décadas las 5.000 toneladas necesarias para compensar la huella de este evento.
Con todo este estudio, CO2 Revolution planean la composición perfecta del bosque. Se propone una mezcla de especies propias de un bosque mediterráneo propio de la región, formado por 50% Pinus halepensis, 20% Quercus ilex, 10% Celtis australis, 10% Juniperus oxycedrus, J. communis y 10% Juniperus phoenicea.