Normalmente Lloret de Mar es un municipio conocido o bien por ser el mejor lugar para los jubilados o bien por ser una clásica opción para ir de fiesta veraniega. Sean correcto esos tópicos o no, nosotros queremos destacar algo más: una de las calas más bonitas de la Costa Brava.
No apta para gente impresionable, Sa Boadella es un paraje naturalista abierto a todo aquel que desee sentirse en el paraíso en la tierra. Cada año se lleva la bandera azul que la distingue por la calidad de sus aguas.
Playa nudista
Este paraje natural está situado al sur de Lloret, a poco más de un kilómetro de la playa de Fenals, una de las alternativas perfectas para los que huyen de la playa larga del municipio.
Una de las partes positivas de Sa Boadella es que, al estar permitido el nudismo, no todo el mundo se acerca. Eso hace que no esté tan llena como Fenals, la más cercana.
Sa Boadella
Pero si Fenal tiene el castillo, la cala Sa Boadella está emplazada bajo los jardines de Santa Clotilde y al lado de la Illa des Bot. Y al otro lado, un hermoso acantilado poblado de árboles. Si eso no impresiona, sus aguas cristalinas, directamente, deslumbran. Y los islotes que la presiden hacen que se forme como dos partes a resguardo de las olas.
Por último, destacar dos cosas más. Por un lado, cuenta con un chiringuito que hace innecesario salir del lugar en busca de un lugar para comer o donde ir a buscar algo para combatir el calor. Por el otro, algo no muy común en las playas nudistas, hay servicio de ducha que permite abandonar al lugar sin la sal pegada en el cuerpo.
Bien cultural
Y quien quiera algo más que playa, como hemos dicho, tiene a tocar los jardines de Santa Clotilde. Este espacio fue diseñado por el urbanista Nicolau Rubió i Tudurí en 1919 a petición del marqués de Roviralta.
Rampas, plazas, terrazas y miradores se reparten por estos 27.000 metros cuadrados que, además de ofrecer buenas vistas, cuenta con una colección de estatuas de mármol de estilo neoclásico. El lugar es tan increíble que la Generalitat los declaró bien cultural como jardín histórico en 1995.
Castillos en la costa
Más allá de esos jardines, quien tenga intereses culturales puede descubrir los dos castillos con los que cuenta Lloret. Uno de ellos es el Castell d’en Platja. El de la famosa foto es que se encuentra en Sa caleta que, a pesar de su apariencia, es más moderno de lo que se piensa. Se lo hizo construir el constructor gerundense Narcís Plaja en 1935 y, a pesar de que hubo polémica por su proximidad con la costa, es ya un emblema del lugar.
Algo más discreto es el Castell de Sant Joan. El problema principal es que, si bien el anterior se mantiene casi intacto, de este sólo luce la torre que está muy próxima a la cala Sa Boadella. Y es que esta es la edificación más antigua de las dos, data del siglo XI d. C. y fue testigo de varios enfrentamientos. Por un lado, el de los herederos del mismo, luego por el Cabildo y sus habitantes y, finalmente, fue casi destruido por los británicos cuando lo bombardearon en plena batalla de Trafalgar. Un lugar cargado de historia que vale la pena visitar.