Este postre típico de Cataluña traspasa fronteras y conquista Nueva York con su versión veraniega

Rápido: piensa en un postre típico de Cataluña. Seguro que has pensado en el xuxo, también conocido como xuixo o suso geronés. Se trata de un dulce elaborado con masa fina y laminada (parecido al croissant) con el añadido de un relleno de crema pastelera que se sirve en frío y recubierto en azúcar. 

Pues bien: este verano el xuxo de Girona ha traspasado fronteras y está conquistando Nueva York de la mano del chef José Andrés. Tal y como explica Infobae, desde hace ya unos meses se puede probar en su Mercado Little Spain (su muestrario de la gastronomía española) una versión rellena de helado del xuxo. No solo ha enamorado a los neoyorquinos, sino que incluso ha aparecido como recomendación gastronómica en The New York Times. Famosos como Chris Martin o Coldplay ya lo han probado.

En concreto, se trata de una versión del xuxo con toppings a elegir como el helado (sabores disponibles: chocolate, fresas, mango) o con soft serve (como el helado de toda la vida pero más suave y ligero).

Como ya hemos comentado un poco más arriba, el xuxo es originario de Girona. La Generalitat de Cataluña ha denominado este pastel como Producto de la Tierra. Así que era inevitable que un chef como José Andrés decidiera exportar el sabor y textura del xuxo a Estados Unidos para darle un toque más actual e internacional.

Quizás sabías que el xuxo es gironés, pero pocos conocen que, según la historia (muy exagerada, eso sí) este postre nace durante una cuarentena en Girona debido a una epidemia. Durante ese tiempo aciago, un acróbata, Tarlà, llegó a la ciudad para entretener a los enfermos. Como toda buena historia algo legendaria, se enamoró de la hija del pastelero local.

Durante una de las visitas amorosas de Tarlà con la muchacha, el pastelero volvió a casa antes de tiempo. El acróbata se escondió con su ligereza esperada dentro de un saco de harina. Allí estornudó sonando un sonoro "xui-xui". Pero atención que ahora viene giro de guion y final feliz: el pastelero, al descubrir a Tarlà, le dio la mano de su hija para que se casasen sin problemas y asdemás le obsequió la receta de un nuevo dulce. Dicho postre decidió llamarse suso en homenaje al estorunido que delató a Tarlà.