Quien conozca un poco Cataluña no ha tardado en deducir que "este pueblo blanco” de la Costa Brava “que enamoró a Salvador Dalí y a Federico García Lorca” tiene un nombre de fama internacional: Cadaqués.

El pintor surrealista y este municipio forman una dupla perfecta. Es imposible no hablar de uno sin el otro, ni del otro sin el uno. Pero antes del de Figueres, otro artista de vanguardia llegó a sus orillas. Se trata de Pablo Picasso. Y es que el lugar tiene atracción, y no pasó desapercibido ni para el poeta malagueño.

Lorca y Dalí 

La relación de Lorca y Dalí ha dado pie a estudios, artículos y libros. Ambos sentían una fascinación mutua que sobrepasó lo artístico. Su amistad forma parte de la leyenda de los dos. Su legado es internacional.

El amor de Lorca con Cadaqués fue tan estrecho que el municipio tiene escondida en sus calles una escultura de Josep Maria Subirachs en honor al poeta frente la playa del Llané, en una esquina, entre árboles. Y sí, obviamente, Dalí tiene la mayor y más vistosa en la cala principal del pueblo.

Federico García Lorca y Salvador Dalí

Cómo llegar 

No se preocupe el lector que no vamos a hablar sólo de estos dos grandes artistas y tantos otros que pasaron por aquí. Cadaqués es arte, pero también es playa, gastronomía, arquitectura e historia. Y un lugar de fácil acceso, aunque sinuoso.

La carretera que va de Figueres al pueblo, especialmente desde el desvío por la GI-614, está repleta de curvas. Tiene una subida pronunciada y una impresionante bajada hasta esta bahía increíble por su belleza.

Colores 

El azul del mar no sólo contrasta con las piedras oscuras de la playa, destaca sobre un fondo de casas tradicionales de pescadores de color blanco. Todas las edificaciones están revestidas de este color que no hacen más que recordar al visitante que se encuentra ante una joya del Mediterráneo con luz propia.

Pasear por sus calles no es sólo rememorar las aventuras increíbles que pudieron vivir allí Dalí, Lorca, Buñuel y sus amigos y conocidos. La tranquilidad (siempre que no se acuda en temporada alta, en la que se llena de turistas) que desprenden sus calles empedradas, las puertas y ventanas azules de las casas del casco antiguo es tremendamente contagiosa.

La Casa Serinyana de Cadaqués EP

Qué ver 

Si se sigue su trazado, se llega de forma rápida (y bien señalizada) hasta la iglesia de Santa María. Este templo cuenta con una atalaya perfecta para ver Cadaqués desde el aire. Y quien tenga algo de vértigo puede acercarse a la plaza Mayor y desde allí disfrutas de unas vistas en blanco y azul.

Los amantes de la arquitectura no sólo van a disfrutar de las casas tradicionales, hasta Cadaqués también llegó el modernismo. Prueba de ello son la Casa Blaua o Casa de Don Octavio Serinyana, de principios del siglo XX, la casa Federico y Víctor Rahola, la Casa Pont y hasta la Escuela pública Caritat Serinyana.

Paseo con arte 

Por último, quedarse sin hablar del paseo marítimo de Cadaqués es casi un sacrilegio. El recorrido del camí de ronda a su paso por el municipio es a pie de las casitas tradicionales de pescadores. Y de allí uno puede llegar a calas de un azul increíble y, si se quiere, hasta el Cap de Creus.

Claro que hay un lugar al que todo el mundo se acerca al seguir el trazado del camino, Portillgat. En esa cala se encuentra la famosa casa de Salvador Dalí. Un lugar que es puro surrealismo.

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