No todos los días uno tiene la oportunidad de cenar en un restaurante de lujo o que cuente con una estrella Michelín por su gastronomía. Si este es el caso es importante conocer algunas pautas relativas a cómo comportarse en este templo gastronómico. Y es que no es lo mismo disfrutar de una velada en un establecimiento de lujo donde todo es sofisticación y exclusividad que hacerlo en un pequeño local de barrio más desenfadado, informal y cercano.
Así, para no cometer algún que otro error de protocolo y no quedar en evidencia delante del resto de los comensales es bueno tener en cuenta algunas de las recomendaciones de los que más saben como es el caso del director general de Hide, un restaurante de Londres que puede presumir de ostentar una codiciada estrella Michelin. Estos son sus consejos.
El sitio establecido
Una vez dentro del restaurante será el jefe de sala o camarero el que acompañe a cada comensal hasta la mesa donde debe sentarse. Sin embargo, puede que la ubicación de ese lugar no sea del agrado del cliente. En ese caso este no puede levantarse y sentarse en la mesa que prefiera o le resulte más cómoda.
Si realmente quiere cambiar de sitio lo más acertado sería preguntarle al jefe de sala si puede sentarse en otro lugar; algo que en ocasiones puede que no sea posible. Todo responde a la logística y organización que ese restaurante tenga en relación a ese servicio de comidas y a las reservas que espere para ese día. Por lo tanto, en ocasiones este cambio ocasionaría una molestia al personal que lo tiene todo perfectamente atado para atender a sus invitados como estos se merecen.
¿Y si plato no es del agrado?
Nada de esperarse a descargar esa mala experiencia en forma de reseña negativa en Internet. Lo mejor en el caso de un restaurante de esta categoría, y en general en cualquier local de comidas y cenas, es hablar con el camarero o jefe de sala acerca de lo que está mal en ese plato o pedirle que lo cambie por otro similar.
Eso sí, en este punto es importante recordar que cuando se va a un establecimiento de estas características, y más por el coste que va a suponer esa cena, conviene mirar antes (vía página web) el tipo de comida que preparan o qué menú se va a pedir para ir sobre seguro y acertar con lo que se pide. Incluso, en algunos de estos restaurantes de lujo ni siquiera se dice qué se va a comer, por eso hay que ir con la mente abierta y disfrutar de los maravillosos platos que pongan sobre la mesa.
Información útil
A la hora de hacer la reserva o bien cuando se está pidiendo el menú elegido para esa ocasión especial es el momento adecuado para trasladar al personal del restaurante las posibles intolerancias o preferencias alimentarias que el comensal pueda tener.
De esta manera desde cocina se prepararán para ello y podrán adaptar el menú en base a esos condicionantes. Todo un detalle que por parte del chef se agradece para trabajar con antelación y elaborar una receta acorde.
El orden en la mesa
No es que sea de obligado cumplimiento, pero si se va a cenar por una vez a un establecimiento de alta gama no está de más saber cómo están dispuestos los utensilios que se van a utilizar Y es que en estos espacios gastronómicos el comensal se puede encontrar algo más que un par de cubiertos (que se van usando según el orden de fuera para adentro) y varias copas.
Así, en lo que respecta al protocolo de la mesa se disponen diversos tenedores o cuchillos según se vaya a comer carne o pescado e incluso especiales para la ensalada; además de una cuchara para otro tipo de platos y sendas piezas más pequeñas para el postre y el café. Lo mismo sucede en el caso de las copas: una para el agua, otra para el vino blanco y una tercera para el tinto. La servilleta siempre se ubica en el lado izquierdo del comensal, al igual que el plato donde se coloca el pan.
Reglas básicas de educación
Y como de una oportunidad se trata, cuando se reserva mesa para comer en un restaurante de esta categoría lo mejor es disfrutar de la velada y la compañía y dejar el móvil para cuando se termine y se salga a la calle. De la misma manera es esencial guardar algunas reglas básicas de educación y que en este caso son extensibles a cualquier mesa a la que uno se siente a comer.
Así pues, entre esos mandamientos están el saber guardar los tiempos y no impacientarse cuando se pide la comida y esta no llega. De la misma manera, es de educación no alzar la voz ni comportarse como si no hubiera más clientes comiendo en ese mismo momento, ni tratar con desprecio y malas formas a las personas que están trabajando en ese establecimiento. Y una última regla del respeto hacia los demás: se beberá con moderación para evitar alguna que otra escena desagradable como consecuencia del alcohol.