No es que uno vaya a convertirse en barman profesional de la noche a la mañana, pero con estos consejos se va por buen camino para conseguirlo. Y es que aunque pueda parecer sencillo para muchos, la coctelería puede ser un arte, no obstante, preparar algunos de los mejores cócteles para deleitar y refrescar en las tardes estivales a familiares y amigos se puede conseguir con algún que otro consejo.
Hay que prestar especial atención a las cantidades, el hielo añadido e incluso al tipo de copa empleada en cada caso solo así se conseguirán buesnos resultados.
Pura matemática
Al igual que en la repostería, para preparar un combinado no se pueden medir las cantidades a ojo, ni tampoco saltarse un paso o seguir la regla de que el orden de los factores no altera el producto, porque sí, en el caso de un cóctel lo altera y mucho. Y es que el resultado puede ser una bebida de lo más apetecible frente a un líquido raro que apenas se parezca al trago original. Por eso, importante y de primero de coctelería, los pasos siguen un orden en cualquier caso: regla de oro para todo principiante.
Los pasos, los ingredientes y las cantidades empleadas siempre deben ser tal y como se indica tal cual y hay que dejar a un lado las improvisaciones, así como añadir demasiada azúcar en algunos casos. Unos ingredientes que, además, deben casar a la perfección con el hielo que se eche a este combinado. En este caso el consejo es emplear siempre aquel que no se derrita rápidamente o que no lo haga al menos nada más pasar un par de minutos desde que se puso; además de no pasarse con la cantidad ya que entonces el cóctel se licua, baja su graduación y no sabrá igual.
¿Vaso? ¿Copa?
Un bartender, el verdadero profesional en esto de preparar deliciosos cócteles, dirá que no se puede beber esta destilación en cualquier vaso o copa ya que la calidad de esta también es un punto a tener en cuenta. Así pues, se debe acoplar cada modelo a la cantidad e ingredientes de ese cóctel. Los más sofisticados, por ejemplo, siempre es mejor servirlos en una copa de cristal fino que además sea resistente (igual hay que brindar por algo).
Y es que cada bebida se sirve en un recipiente determinado, lo que permite de esta manera tener una idea y medir la cantidad exacta de acuerdo con la graduación de todos los elementos. Por eso nada de pasarse tampoco con el alcohol.
Pasos finales
Es esencial, como todo buen maestro coctelero, que todos los utensilios que se usen para estas elaboraciones líquidas sean los adecuados y esto quiere decir que tienen que ser de plata o bien de acero inoxidable a ser posible. Nada de emplear plástico, madera e incluso otro tipo de metales que dejan un sabor un tanto desagradable al probar ese cóctel. Esto también hace referencia a la coctelera o vaso mezclador donde todos los elementos se hacen uno solo con movimientos enérgicos y uniformes.
Así pues, una vez ya se han cumplido con todos los pasos pertinentes, el último truco es colar siempre el resultado final antes de servirlo ya que puede haber restos de hielo o de la pulpa del zumo añadido. Mientras se va haciendo esto o bien con el paso anterior se puede ir dejando lista la copa o el vaso en el que se vaya a servir la bebida para que se atempere con el ambiente.
Recetas internacionales
Si ya uno se sabe estos pasos de memoria y quiere ponerlos en práctica cuanto antes, estas son las recetas de algunos de los cócteles con más fama a nivel internacional. El primero de ellos puede ser el Bloody Mary que se cree nació en París de la mano de un norteamericano que mezcló vodka y zumo de tomate a partes iguales. Otro es el Acapulco, cuyo protagonista es el tequila además de otros ingredientes como el zumo de naranja y granadina.
Más elaboraciones: el Black Russian, todo un clásico en la época de la Guerra Fría y que se prepara, como uno puede imaginarse, con un buen vodka ruso además de licor de café; el Manhattan, el cóctel del Hollywood de los años 30 y 40 y que se hace con una base de whisky o el Dry Martini: pura sofisticación y para el que se mezcla una parte de vermouth por cuatro de ginebra además de una cáscara de limón para darle el toque final.