Cuando se habla de la importancia de aplicar las nuevas tecnologías a la vida cotidiana, probablemente se suela pensar en momentos con cierta carga positiva. Sin embargo, es cuando ayudan a resolver problemas sociales cuando adquieren una mayor dimensión. Y eso es lo que está sucediendo con Blockchain, ya que está siendo aplicada para prevenir, mitigar y controlar el maltrato hacia los colectivos más vulnerables.
No en vano, la fundación everis y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han propuesto recientemente el reto Blockchangel (Blockchain – Challenge – Angel), en el que seleccionan las mejores soluciones construidas sobre esta tecnología para defender a esos colectivos más vulnerables en América Latina y el Caribe, con especial incidencia en las mujeres, ya que en los últimos dos años se calcula que casi 8.000 han sido asesinadas en esa parte del mundo.
¿Qué es Blockchain?
Antes de pasar a explicar en qué consisten los proyectos y a mencionar las dos propuestas de origen español, cabe señalar qué es la tecnología Blockchain y cómo funciona. Básicamente consiste en una cadena de bloques (tal y como su nombre en inglés indica) en la que se hace un registro compartido y digitalizado que no podrá modificarse cuando la transacción del mismo ha sido registrada y verificada.
Es decir, otorga una mayor seguridad a la comunicación de información o a la transacción de cualquier valor, puesto que no solo elimina intermediarios, sino que además dificulta cualquier ataque cibernético.
Objetivo del reto
En cuanto a la finalidad del reto que tanto Everis como el laboratorio de innovación del BID se han planteado, ha sido encontrar soluciones que ayuden a proteger de la violencia a esos colectivos más débiles mediante la tecnología blockchain.
En este sentido, deberán aportar respuestas en los ámbitos siguientes: en el preventivo con soluciones que hagan posible la geolocalización o el registro de comportamientos violentos; en el de actuación, con aplicaciones que permitan el registro en línea con validez legal; en el de control mediante soluciones capaces de identificar a las víctimas y activar los protocolos de actuación correspondientes a sus niveles de vulnerabilidad; y en el restaurativo, a través de tecnología que ayude a activar de modo online asistencia y atención integral a las víctimas.
Dos proyectos españoles
Entre los proyectos finalistas en el reto Blockchangel hay dos proyectos de origen español. El primero de ellos es de Córdoba y se denomina Panóptico Guardián. Se trata de una solución que emplea la tecnología en la nube para registrar, denunciar y gestionar los delitos online con validez legal. Para ello cuenta con un sistema de audio y vídeo con el que que es posible entregar el material a las autoridades. Y es que funciona como un sistema de vigilancia 24/7 que puede grabar y registrar los momentos en los que se aplica violencia de un modo automático.
En cuanto a la segunda de las propuestas, proviene de Madrid y se llama PRO@ME. Su principal cualidad es que protege contra la violencia únicamente con la voz. De hecho, se basa en un sistema integrado vía call center que está capacitado para interactuar junto a vídeo, voz y geolocalización de forma anónima.
Otras propuestas interesantes
Pero las dos españolas no han sido las únicas para poner fin a una lacra que, además de a las mujeres que sufren violencia de género, afecta a otros muchos colectivos, especialmente al de los niños y adolescentes. Y es que en Latinoamérica y el Caribe unos 300 millones de niños son víctimas de algún tipo de violencia, 130 millones de estudiantes experimentan episodios de acoso escolar y alrededor de 15 millones de adolescentes han sufrido relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas.
Entre ellas destaca el proyecto argentino de Tecnología para la Prevención, una plataforma web que registra a las víctimas, sus datos personales y el historial, y que además cuenta con un botón antipánico a partir de un teléfono móvil. O el proyecto francés HEHOP, consistente en una aplicación integrada que ayuda a las víctimas a capturar pruebas utilizando sus dispositivos móviles y enviarlas automáticamente a un servidor encriptado para evitar de ese modo cualquier tipo de manipulación por parte de terceros.