La gran asignatura pendiente de los smartphones sigue siendo la batería. Estos dispositivos se han convertido en una herramienta imprescindible tanto para la vida laboral como personal, con opciones de productividad, correo electrónico, entretenimiento, mensajería social… Incluso, desde ellos se pueden controlar los electrodomésticos, planificar las vacaciones o consultar informes médicos. Pero este intenso uso a veces no permite que la batería llegue hasta el final del día.
Los usuarios piden baterías más duraderas, como las de los primeros móviles, que podían llegar a durar una semana sin pasar por el cargador. Hasta la fecha, esto no se ha conseguido, ya que habría que hacer sacrificios en diseño (una batería con más capacidad implicaría un diseño más grueso y pesado). Pero, en lugar de aumentar los mAh de las baterías, los fabricantes han descubierto otro camino: mejorar la velocidad de carga y devolver la vida a los smartphones en apenas un minuto.
¿Qué es la carga rápida?
Se trata de la tecnología que permite cargar la batería a una gran velocidad. Se mide en Watios y se necesitan dos agentes implicados: un cargador que proporcione esta velocidad y un smartphone que esté preparado para ello. Para no deteriorar la salud de las baterías, se recomienda usar el cargador original o uno compatible que esté recomendado por el fabricante. Para saber qué cargador se puede usar basta mirar las especificaciones técnicas del smartphone.
Cada fabricante tiene su propia tecnología de carga rápida, con distinto nombre, pero, a grandes rasgos, un funcionamiento similar. Por ejemplo, Huawei utiliza SuperCharge, Samsung hace lo propio con Super Fast Charging, Oppo utiliza Super VOOC y Qualcomm (uno de los fabricantes de procesadores más importantes del mundo) ofrece a los dispositivos móviles la tecnología Quick Charge. Este es el primer paso para que el usuario pueda saber si el smartphone que va a comprar (o que ya tiene) cuenta con carga rápida. Pero hay otro dato aún más importante.
Cuestión de Watios
No todas las cargas rápidas son iguales. Han ido evolucionando tanto con los años que, en tan solo unos meses, se ha vivido una auténtica revolución en este campo. De hecho, no hay más que mirar el estado actual del mercado. Hasta hace no mucho, Huawei y su SuperCharge eran los reyes de este asunto. Su último buque insignia, el Huawei P40 Pro+, ofrece carga rápida a 40W que, más o menos, permite cargar sus 4.200 mAh de batería en apenas 60 minutos. Se trata de un lanzamiento que tuvo lugar en el mes de marzo.
En estos meses de verano, la competencia ha adelantado por la derecha y ya han presentado tecnologías de carga rápida espectaculares. IQOO ha mostrado su IQOO FlashCarge a 120W, OPPO ha elevado su Super VOOC a 125W y Realme lleva su UltraDART también hasta los 125W. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se habla en todo momento de tecnologías presentadas y que no existe por ahora ningún smartphone que ya se comercialice con estas cargas rápidas. Se espera que empiecen a venderse antes de que termine 2020.
OPPO, IQOO, Realme…
Como se acaba de comentar, son tres los fabricantes que, casi al mismo tiempo y con una diferencia de apenas unos días, han presentado sus nuevas tecnologías de carga rápida. La clave del éxito no se encuentra solo en los Watios. Para entender mejor por qué la carga rápida es la gran salvación que necesitaba el usuario, hay que mirar los tiempos de carga que ofrecen. Tomando como referencia un smartphone con 4.000 mAh de batería, IQOO y sus 120W prometen cargar el 50% de batería en tan solo 5 minutos y el 100% en 15 minutos.
Son unos datos similares a los planteados por Oppo, quien afirma tener capacidad para cargar el 41% en 5 minutos y el 100% en 20 minutos. Realme mejora ligeramente estas cifras y promete el 33% en 3 minutos y el 100% en 13 minutos. Sobran los motivos por los que esto es una gran ventaja para el usuario, ya que, aunque la batería no dure días y días, el hecho de poner tenerla carga en apenas 15 minutos permite olvidar el problema que ha supuesto la escasa autonomía de los terminales en los últimos años.