Mujer durmiendo sobre una buena almohada / UNSPLASH

Mujer durmiendo sobre una buena almohada / UNSPLASH

Curiosidades

La importancia de una buena almohada para dormir mejor

Elegir una buena almohada que se adapte a cada persona es vital para conseguir un correcto descanso nocturno

4 marzo, 2019 16:40

Dormir bien es una necesidad del ser humano. Pero existen muchos factores que influyen en la calidad del sueño, algo vital para recargar energías de cara a mantener la actividad rutinaria al día siguiente. Algunos de ellos están relacionados directamente con cada persona (haber comido mucho justo antes de irse a la cama o acostarse alterado es perjudicial para la calidad del sueño), pero entre los factores externos que pueden controlarse destacan el colchón y la almohada, elementos sobre los que la persona se tumba para relajarse durante toda la noche.

El Instituto del Sueño quiere recordar “la necesidad de escoger una buena almohada para garantizar una mayor calidad en el sueño diario”, ya que “muchos de los problemas por los que la gente acude a un centro especializado en los trastornos relacionados con los descansos se pueden solventar prestando atención al uso de la almohada”. Para garantizar el correcto descanso de todo el mundo, esta organización ha ofrecido una serie de consejos a tener en cuenta a la hora de escoger la almohada adecuada para cada persona.

¿Qué composición elegir?

El material es uno de los puntos más importantes a la hora de adquirir una almohada. Actualmente existen diferentes tipos, cada una con sus características particulares:

  • Almohadas naturales: Se trata de una de las clases de almohada preferidas por el público, ya que rechazan las partículas de polvo y los ácaros, por lo que contribuyen a prevenir alergias.
  • Almohadas sintéticas: Éstas suelen estar compuestas por látex espuma y no pierden la forma al cambiar de posición. De ahí que muchas personas aseguren sentirse incómodas por este aspecto.
  • Almohadas de plumas: Estas almohadas sí que se adaptan a la posición en la que se encuentre las personas que la esté utilizando, además de mantener la temperatura ideal durante más tiempo.

¿Una almohada alta o baja?

Cada persona es un mundo, y tendrá unos gustos diferentes en lo que a la altura de la almohada se refiere. Hay que buscar la altura óptima, de forma que no esté ni muy alta ni muy baja, “ya que esta circunstancia puede provocar distintos movimientos en el cuello y la columna, que pueden redundar finalmente en molestias cervicales, rigidez o dolores de cabeza”, señalan desde el Instituto del Sueño.

Una pareja durmiendo con la ayuda de BedJet 3 / BEDJET

Una pareja durmiendo con la ayuda de BedJet 3 / BEDJET

Una pareja durmiendo en la misma cama / BEDJET

Los ronquidos, una de las mayores quejas de su compañero de lecho de las personas que duermen en pareja, también pueden estar provocados por una mala elección de almohada, tal y como apuntan desde el organismo: “En una circunstancia así también puede verse obstruido el flujo respiratorio, provocando los temidos ronquidos”.

Diferentes almohadas para diferentes posturas

A la hora de dormir, la postura que suela adoptar cada persona durante el descanso nocturno también hay que tenerla en cuenta para decantarse por uno u otro tipo de almohada. Los que duermen de lado necesitarán una más firme y que aporte mayor distancia entre cabeza y hombros.

Por otro lado, las personas que pasen la noche bocabajo requerirán una almohada más fina para conseguir un equilibrio de la columna vertebral. Finalmente, los que adopten una posición fetal al dormir deberán apostar por una almohada de un grosor medio que busque siempre el correcto apoyo de la cabeza.

¿Cuándo cambiar la almohada por una nueva?

El paso del tiempo y el uso continuado de un producto provoca que éste pierda sus cualidades más importantes, algo a lo que las almohadas no son ajenas. “Se recomienda efectuar un cambio de almohada cada año y medio porque una almohada con más antigüedad puede acumular ácaros o células de la piel y pueden ser un incordio para quienes sufren patologías pulmonares o asma”, indican desde el Instituto del Sueño.