La teoría de que los príncipes William y Harry de Inglaterra están más distanciados que nunca ha cobrado fuerza tras conocerse los últimos detalles de la visita que harán a la Reina a finales de mes en Balmoral. Los dos hermanos y sus respectivas familias se trasladarán a Escocia a finales de mes, pero han decidido hospedarse en edificios distintos de la residencia familiar.
Harry y Meghan Markle, junto a su bebé, estarán junto a la Reina y el príncipe Felipe en la casa principal. William, Kate y sus tres hijos pasarán los días en la casita de su propiedad que disponen dentro del recinto real, el cottage que lleva por nombre Tam-na-Ghar.
Visitas programadas
La respuesta oficiosa que se ha dado desde palacio a Vanity Fair es que la familia real tiene muchas visitas programadas durante las vacaciones de Isabel II en Balmoral y que es recomendable que los huéspedes se repartan entre las distintas propiedades. También señalan se espera la presencia del nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, antes de que la Reina regrese a Londres en octubre. No se ha divulgado el día en concreto.
También señalan que el príncipe Carlos y Camilla estarán en otro de los inmuebles de Balmorar, la residencia de Birkhall que perteneció a la Reina Madre. Se espera, asimismo, que el príncipe Eduardo y su familia y la princesa Ana también visiten a su madre durante las vacaciones a Escocia.
Cinco cambios de vestuario al día
Se apunta que los días en Balmoral no son precisamente jornadas de relax y descanso para la familia real británica. Entre los detalles que se han filtrado del día a día en este palacio es que la rutina que sigue Isabel II incluye reunir a todo el mundo alrededor de la mesa varias veces al día y que esto incluye cambios de vestuario, que en los días de mayor actividad implican tener listos cinco modelos.
Son jornadas en que todos los Windsor salen a caminar, pescar y cazar por los terrenos de la finca privada, una de las más grandes de la zona.
Vacaciones en Ibiza y Mustique
Los Cambridge y los Sussex llegarán allí relajados después de sus respectivas vacaciones. Como es habitual, William, Kate y sus hijos han optado por ir a la paradisíaca isla de Mustique en el mar del Caribe.
Harry y Meghan han optado igualmente por un destino de playa, pero más cerca del Reino Unido. Han escogido Ibiza en un viaje que también ha estado marcado por la polémica. A pesar de la defensa a ultranza de la pareja por la sostenibilidad y el medio ambiente, llegaron a España en un avión privado que se estima que su alquiler llega a los 22.000 euros. Han sido tildados de hipócritas por no usar una de las muchas líneas regulares que une Londres y las Baleares.