Los gasoductos equipados con defensa inteligente llegan a Europa. Tras poner en práctica en China y Arabia Saudí el uso combinado de sensores, fibra e inteligencia artificial, Huawei presentó ayer en París este nuevo mecanismo para proteger infraestructuras críticas como tuberías de gas y petróleo.
El anuncio llega como agua de mayo en un momento de especial preocupación por la seguridad de los gasoductos por los misteriosos ataques a las canalizaciones que transportan gas de Rusia a Alemania, Polonia o Turquía. Noruega y Dinamarca han reforzado la seguridad tras detectar actividad de drones cerca de la infraestructura, mientras que la Unión Europea se ha comprometido a proteger la red energética y el Ejército británico incluso ha enviado navíos militares para calmar las aguas en el mar del Norte.
Los saudíes blindan sus oleoductos
Fuentes de Huawei señalan que esta tecnología podría instalarse en gasoductos europeos tras haber demostrado su eficacia en gasoductos chinos y oleoductos en Arabia Saudí. El dispositivo, del tamaño aproximado de un ordenador de torre, es capaz de sentir vibraciones y alerta inmediatamente de cualquier posible fallo.
Basta con desplegar uno de estos aparatos Optixsense cada 100 kilómetros de tubería, conectados entre ellos por fibra óptica y cuyos datos procesa una inteligencia artificial. También puede utilizarse en vías de tren o en las vallas que delimitan los aeropuertos, aunque en este caso se requiere un dispositivo cada 40 kilómetros.
La nube europea
La protección inteligente para gasoductos ha sido una de las tecnologías en las que la multinacional ha puesto el foco en las presentaciones de Huawei Connect 2022, celebrado esta semana en París tras pasar por Bangkok y Dubái. En este congreso al que han asistido cerca de 3.000 profesionales se ha anunciado una inversión de 150 millones de euros para crear un centro de servicios en la nube en Irlanda.
Será el primer centro europeo de este tipo de la compañía, que quiere reforzar su cloud en el continente y también prepara el lanzamiento de una nube propia para España, que por ahora solo tiene acceso a estos servicios a través de la red de países vecinos. Como avanzó Crónica Global, Madrid y Barcelona son las ciudades finalistas para acoger el macrocentro de datos que dará soporte al cloud español.
EEUU cerca a Huawei
Otras novedades presentadas o expuestas en Huawei Connect han sido el rúter ultrarrápido Huawei 7, la red móvil 5.5G, un brazo robótico con conexión inalámbrica y una fibra óptica transparente de silicona que permite extender los cables hasta todas las habitaciones de un hogar sin necesidad de taladrar las paredes. También se han planteado centros de datos más compactos y servidores de repuesto a cientos de kilómetros con copias de seguridad como protección ante ciberataques. Asimismo, se ha incidido en el potencial de la fibra hasta la máquina, una solución parecida para la industria, puertos, estaciones de metro u oficinas.
El evento también ha estado marcado por el cerco cada vez más estrecho de Estados Unidos a Huawei y la tecnología desarrollada en el gigante asiático. En la ciudad huésped, París, se ha debatido intensamente sobre la eliminación de libertades en Pekín y sobre la fragilidad de la economía china a causa del posible hundimiento inmobiliario, la intransigente política de Covid cero que se ha convertido en un símbolo de la dureza del régimen y la inseguridad alimentaria provocada por la sequía y el calor récord del pasado verano.
Macron recela del dragón
De hecho, en un momento en el que el presidente Emmanuel Macron busca fortalecer industrias nacionales como la del coche eléctrico ante la predominancia china, el Gobierno francés ha evitado dejarse ver en el congreso tecnológico parisino, al que sí han asistido representantes españoles y europeos. Europa está aún dividida en su respuesta al encumbramiento del todopoderoso dictador Xi Jinping y hasta ha habido voces occidentales que han defendido un acercamiento estratégico entre ambos continentes.
En este contexto, Huawei se ha intentado posicionar en París como un socio de fiar para la Unión Europea. Sin embargo, la beligerancia de Estados Unidos parece apuntar a una creciente incompatibilidad entre la tecnología de Silicon Valley y la del dragón que impactará en las cadenas de suministro, ahora hiperglobalizadas. Esta gran incertidumbre, acompañada de la posición más ambivalente de Bruselas, dificultará a las empresas tomar decisiones a largo plazo que las comprometan en uno u otro sentido.