Sea por pereza o desconocimiento, los españoles todavía confían en Windows 7. El sistema operativo de Microsoft, que dejó de recibir soporte en enero de 2020, sigue activo en el 14% de los dispositivos domésticos y corporativos, según un estudio realizado por Kaspersky. La compañía de ciberseguridad ha comprobado que el 13,9% de usuarios particulares, el 14,7% de las pymes y el 16,9% de las microempresas utilizan el software pese a que ya no cuentan con la asistencia técnica del gigante estadounidense.
En total, cerca de una quinta parte (17%) de los internautas tienen instalado un Windows sin soporte técnico, mientras que el resto cuenta con la versión actualizada de Windows 10. Por contra, el informe ha averiguado que una proporción ínfima de usuarios (menos del 1%) sigue utilizando sistemas aún más antiguos, como Windows 8, Windows XP y Vista, cuyos servicios de mantenimiento finalizaron en 2014 y 2017, respectivamente.
Brecha de seguridad
"Actualizar el sistema operativo puede resultar un incordio para muchas personas, pero estas actualizaciones no solo sirven para corregir errores o activar la interfaz más novedosa. Con las actualizaciones se introducen correcciones de esos fallos que actúan como una puerta abierta para el acceso de los ciberdelincuentes", ha señalado Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Iberia.
Para minimizar los riesgos, la multinacional recomienda asegurarse de que la función de actualización automática está activada. En caso de no poder adaptar el sistema operativo a su última versión, se aconseja elaborar un mapa de amenazas para garantizar la separación de los nodos vulnerables del resto de la red.