Jaume Homs es el hombre de Hewlett-Packard (HP) para el negocio de la impresión 3D en España y Portugal. Esta tecnología demostró su eficacia durante los peores meses de la pandemia, cuando gracias a los procesos de fabricación aditiva se pudieron generar bienes de primera necesidad como respiradores para los hospitales. Las posibilidades que brindan las soluciones de impresión 3D no dejan de aumentar día tras día, aún cuando su impacto en los procesos industriales aún no ha eclosionado. Homs valora los avances en el sector y destaca las ventajas de una tecnología clave en la economía post-Covid.
-Pregunta: ¿La impresión 3D puede ser clave en el reparto de los fondos de reconstrucción europeos del Covid-19?
-Respuesta: La impresión 3D ha tenido un protagonismo muy grande durante esta crisis porque gracias a ella se ha podido fabricar cuando no había stock. Cuando las cadenas de suministro quedan bloqueadas, el 3D juega un papel importante gracias a su fabricación descentralizada y sin necesidad de molde. Entiendo que sí, que los fondos ayudarán al 3D, pero si eso va a ir antes que un gel o una mascarilla no lo podemos saber.
- Pero, ¿cuál es el nivel actual de desarrollo de esta tecnología?
- El desarrollo va muy rápido. Cada vez son más las empresas que la adoptan y no solo para el prototipado: grandes compañías de fabricación que vienen del mundo de la inyección y del mecanizado también están adoptando esta tecnología. ¿Estamos llegando cerca del límite? No, queda muchísimo campo por recorrer y la tecnología muestra novedades cada seis o doce meses.
- ¿Cómo valoras iniciativas como la incubadora de impresión 3D del Consorcio de la Zona Franca? ¿Existen otras propuestas parecidas en Cataluña?
- Tenemos iniciativas interesantes. La incubadora del Consorcio de la Zona Franca impulsa a pequeñas empresas que quieran dar inicio a un producto relacionado con el 3D. También existe un hub en Cataluña que ayuda a las empresas en la adoptación de esta tecnología. Funciona como una consultoría que asesora a las empresas sobre el flujo que necesitan para alcanzar una producción seria.
- ¿Cuáles son las soluciones concretas de HP en este ámbito?
- En 2016 lanzamos una tecnología muy disruptiva llamada Multi Jet Fusion. Su proceso de fabricación permite ir mucho más allá que cualquier otra tecnología en velocidad, calidad y coste. Eso ha permitido llevar a serie muchas piezas y poder acortar el punto de cruce entre la inyección y la impresión 3D. HP tiene un portfolio completo que cubre desde clientes con poco volumen a otros con mucho volumen. Además, tenemos en desarrollo varios pilotos en el campo de la impresión en metal.
- Sobre este punto, ¿podrías comentarnos la incidencia de la impresión en metal en el sector de la automoción?
- En este campo estamos siguiendo un camino parecido al del plástico y pretendemos abarcar varios sectores, uno de los cuales es la automoción. Básicamente porque en este sector se está viviendo un gran cambio en la forma de producir los coches. Por ejemplo, los fabricantes buscan ahora el aligeramiento de las piezas para alargar la autonomía de las baterías y la personalización de cada coche para el cliente. Todo esto lo permite la fabricación aditiva. Ahora mismo tenemos un piloto arrancado con Volkswagen para el desarrollo del coche autónomo.
- Todo esto nos lleva a hablar de las digital factories. ¿Cómo serán las fábricas del futuro?
- La digital factory entra dentro de un concepto que va mucho más allá y que es la industria 4.0. Bajo esta idea se aglutina la impresión 3D, pero también la robótica o la ciberseguridad. En estas factorías se encuentran tecnologías digitales que ya no son tradicionales, como la inyección o la extrusión. La fabricación digital es sinónimo de la fabricación aditiva. En España hay varias plantas que ya han sustituido sus fresadoras y han convertido sus fábricas en 100% digitales. No tenemos el potencial de Alemania, pero estamos avanzando de forma bastante notable.