¿Qué es la biometría vocal? “Es cuando se le reconoce a una persona por la voz”, así de claro y contundente lo explica Carlos Gavilán, director de desarrollo de negocio de Biometrix Vox a Crónica Global.
La biometría vocal, sin embargo, a veces se confunde con los asistentes de voz como Siri o Alexa con los que interactuamos a través de nuestros teléfonos o altavoces. “Lo que hacen los asistentes no es biometría ya que sólo entienden el contenido, pero no reconocen quién lo dice”, apunta Gavilán. Pero, quién sabe, a lo mejor en un un futuro --muy próximo—son capaces de hacerlo.
La España del coronavirus
Mientras tanto, España, como el resto del mundo, se encuentra en una situación excepcional de confinamiento por el coronavirus y la biometría vocal puede ayudar, también, en estos casos.
Aunque muchos expertos ya han apuntado que la mayoría de empresas españolas todavía no está preparada para el teletrabajo, la verdad es que el Covid-19 ha obligado y ha empujado a muchas a hacerlo a marchas forzadas. Nos encontramos, como dice Gavilán, en un momento de prueba para demostrar la flexibilidad y la conectividad del tejido empresarial español.
Ventajas de la biometría vocal
En este sentido, la biometría vocal puede ayudar, principalmente, en tres ámbitos. El primero de ellos es el control horario y la identificación. “Mediante la voz podemos identificar a los trabajadores y a la gente que forma parte de un equipo con seguridad y sólo necesitamos un dispositivo que tenga micrófono”, detalla Gavilán.
Otra ayuda que puede resultar realmente importante estos días es la posibilidad de firmar contratos y documentos usando nuestra voz y garantizando la legalidad de dicha firma. “Ya existen herramientas en el mercado que permiten firmar contratos a través del teléfono, de manera que si estás en casa y tienes que contratar algún servicio o firmar alguna factura lo puedes hacer con una simple llamada telefónica que, además, está avalada en toda Europa”, señala el directivo de Biometrix Vox. El Banc Sabadell, por ejemplo, usa este método.
Y la tercera ventaja que ofrece la biometría vocal es la gestión de la información corporativa. ¿Eso qué significa? Pues que, en ocasiones, los permisos para acceder a determinada información están muy limitados. Sin embargo, en estos momentos es posible que necesitemos manga ancha. Así, con la voz pueden gestionarse fácilmente esos permisos e identificar, sin un ápice de dudas, que la persona a la que se la da un acceso es la adecuada sin necesidad de crear ningún usuario ni contraseña.
Una apuesta, de momento, de las grandes compañías
La biometría vocal, insiste Gavilán, es tan segura como la identificación por huella dactilar o por la lectura del iris o la cara. Pero, además, no requiere de ningún sensor especial. Asimismo, tampoco requiere de grandes inversiones ni de dispositivos de última generación. “Esta tecnología es muy accesible para todas las empresas, pero puede que por ignorancia o porque consideran que no la necesitan, sólo las grandes corporaciones se están apoyando en ella”, señala Gavilán.
Porque además de los usos anteriores en tiempos de coronavirus, la biometría es capaz, también, de identificarnos y permitirnos acceder a nuestro banco online en apenas segundos; es muy útil también como vector de fraude, para evitar que nos engañen añadiendo una voz en una lista negra; y para automatizar procesos, por ejemplo, en una fábrica. “La voz es un valor que está muy disponible y que ofrece una experiencia mucho más natural, además de facilitar ampliamente la multitarea”, concluye Gavilán.