Joan Manuel Serrat, saludando a Pasqual Maragall en el escenario del concierto

Joan Manuel Serrat, saludando a Pasqual Maragall en el escenario del concierto

Creación

Éxito del concierto contra el alzhéimer

El Sant Jordi de Barcelona se llena prácticamente para recaudar fondos y pedir ayuda para la lucha contra la enfermedad de Alzhéimer. La Fundació Pasqual Maragall reúne sobre el escenarioa a Serrat, Noa, Poveda y Hendricks, entre otros.

29 septiembre, 2013 11:59

9.482 personas, de 10.000 entradas disponibles, asistieron al concierto para recabar apoyo económico contra el alzhéimer, según el doctor Jordi Camí, director de la Fundació Pasqual Maragall –auspiciador del evento-. El Palau de Sant Jordi se convirtió en un gran teatro, con todo el público sentado. Camí pidió recursos económicos para acabar con el la enfermedad de Alzhéimer y Maragall, en un vídeo antes del comienzo del concierto, dijo estar seguro de que la humanidad acabará con esta enfermedad en diez o quince años.

Muchas personalidades de la política y celebrities catalanas dieron su apoyo al concierto. Aparecieron por el photocall los ex presidentes autonómicos, José Montilla (PSC) y Jordi Pujol (CiU), el consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell (CiU), en mangas de camisa, Helena Rakosnik, esposa del presidente de la Generalidad, Artur Mas (CiU), el alcalde de Barcelona, Xavier Trias (CiU), el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, la nadadora Ona Carbonell, con un impresionante vestido, el presentador Jordi Évole o, entre otros, el polifacético Risto Mejide.

Como era de esperar, el ex presidente autonómico Maragall apareció en el evento de la mano de su esposa, Diana Garrigosa, y recibió sonadas ovaciones desde que entró en el recinto hasta que se sentó al empezar el concierto que protagonizaron Joan Manuel Serrat, Sílvia Pérez Cruz, Noa, Miguel Poveda y Barbara Hendricks, arropados por Joan Albert Amargós y la Orquestra Simfònica del Vallès.

Serrat, como hilo argumental

Serrat, durante el concierto, se definió asimismo como el "trompetista pesado de los guateques", por la cantidad de veces que salió a escena en solitario o en dueto con los artistas invitados. Empezó el recital con Cançó de matinada, para dar paso a Pérez Cruz, con un vestido blanco que le daba un aspecto de estatua griega, para interpretar Tonades y, con la ayuda del guitarrista Toti Soler, Vestida de Nit, hasta reclamar la presencia de Serrat.

La cantante israelí Noa fue la que dio más nervio a un concierto musicalmente pensado para un público de mediana edad con una base rítmica más contundente. Esta dio paso a "una voz que sale desde dentro", es decir, Poveda, que en varias ocasiones recordó que él es de Badalona. El cantaor apareció con su guitarrista habitual, Chicuelo.

Después de interpretar el poema lorquiano El poeta pide a su amor que le escriba, con arreglos de Joan Albert Amargós, el cantaor protagonizó la anécdota de la noche al rompérsele un botón del pantalón. Fue Amargós el que le hizo un apaño, mientras decía, con sorma: "Esto sí que es un arreglo"; y Serrat, que cantó con Poveda en el dueto siguiente, aprovechó el momento para sacarle punta al asunto y asegurar que: "Yo también tengo que ir al sastre a ver si me encuentra algo duro".

La cantante Hendricks, "muy amiga de Diana [Garrigosa]", según afirmó ella misma, puso fin a la velada musical con su impresionante voz y, sin hacer un gesto, hizo que un público, educadísimo y que además de aplaudir en poco más había intervenido, tal vez un grito asilado de "monstruo" a Poveda, acompañase con palmas la Oda a la alegría de Beethoven.

La noche acabó con todos los cantantes en el escenario interpretando Mediterráneo de Serrat para despedirse finalmente con la presencia de Maragall y Garrigosa sobre el escenario, con todo el público en pie, a medianoche.