Mesa de billar tejida por Gorina en Corea

Mesa de billar tejida por Gorina en Corea Cedida

Creación

Gorina, la textil catalana que teje las mesas de billar de medio mundo, se acerca a los dos siglos de vida

Fundada en 1835 por una familia de Sabadell, Gorina Cloth es hoy una de las principales marcas de fabricantes de paños de billar de competición

Tiene especial relevancia en el mercado asiático, donde este deporte es mucho más popular que en España

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Cada año, cuando se acercaban las vacaciones escolares —ya fueran las de verano, Semana Santa o Navidad—, Carlos Gorina tenía muy claro dónde pasaría la mayor parte del tiempo: en la fábrica textil de su familia, en Sabadell, que entonces dirigía la cuarta generación.

“Gorina la creó mi tatarabuelo hace 190 años y nuestra filosofía sigue siendo la misma: continuidad y estabilidad”, explica Carlos Gorina, CEO de Gorina Cloth y representante de la quinta generación al mando de la empresa.

Sus hijos —Ariadna, que acaba de terminar los estudios de Diseño de Moda en el Istituto Marangoni, y Lluís, que estudia Empresariales y actualmente se encuentra haciendo unas prácticas en una granja de ovejas de la Patagonia para aprender la selección de la lana— pronto se incorporarán a la gestión de la empresa, que en los últimos cuarenta años ha logrado sobrevivir a las crisis del sector para posicionarse como una de las compañías punteras en la fabricación de paños de billar de competición a nivel mundial. 

“Nuestras telas cubren los billares de campeonatos de alto nivel en todo el mundo”, explica Gorina desde las oficinas de la empresa en Sabadell.

Carlos Gorina junto a sus hijos Ariadna y Lluís

Carlos Gorina junto a sus hijos Ariadna y Lluís Cedida

Desde su móvil, el empresario abre la app de la PBA —la Asociación Profesional de Billar de Corea del Sur— y muestra una retransmisión en directo de un prestigioso campeonato de billar de carambola (el más popular en el país asiático) que tiene lugar en ese momento en Seúl, y que está siendo visto por más de 28.000 usuarios online. “Todas las mesas del campeonato están tapizadas con nuestros paños de lana en color azul”, añade, señalando el logo de Gorina, como principal sponsor técnico del torneo.

Recorrido

La historia de Gorina se remonta a 1835, cuando Joan Gorina Morató fundó un pequeño taller textil en Sabadell con el objetivo de ofrecer tejidos de lana de alta calidad, principalmente abrigos y ropa para hombre, cuya excelencia acabó alcanzando reputación internacional al ser premiada en la Feria Mundial de Chicago en 1894, y recibir el reconocimiento del rey Alfonso XIII, quien en 1904 visitó la fábrica de Sabadell.

Décadas más tarde, en 1942, Gorina desempeñó un papel clave en el desarrollo de la industria textil del país, muy dañada por la Guerra Civil.

Una de las mesas de billar de Gorina

Una de las mesas de billar de Gorina Cedida

No fue hasta los años 70 cuando empezó a vender en el mercado europeo y americano, aprovechando la apertura económica del régimen franquista. Fue en esa década cuando un fabricante danés de mesas de billar de carambola acudió al consulado de su país en Barcelona para que le facilitasen una lista de empresas catalanas del sector textil que pudieran fabricar paños de billar en lana cardada de calidad. En esa lista figuraba Gorina, que acabó siendo la empresa elegida.

“No solo lo podíamos hacer bien, sino que inventamos el paño con lana peinada, mucho más liso y resistente, de manera que las bolas corrían más. Revolucionamos el mercado del billar”, explica Gorina.

Apertura

Por aquel entonces, la empresa disponía de la maquinaria necesaria para llevar a cabo los procesos del peinado de la lana —encimado, cardado, preparado, peinado y acabado— y, gracias a su espíritu de innovación, sus paños de billar en lana peinada se convirtieron en un reclamo en diversos países europeos, donde el billar goza de mayor popularidad que en España.

“Al cabo de poco tiempo nos contactó una empresa inglesa para saber si podíamos fabricar paños para mesas de billar americano, o pool inglés (la modalidad con seis agujeros). Y luego apareció una empresa francesa que nos pidió paños para billares de snooker, que se juega en una mesa normalmente más grande, que tuvieran tela de lana con pelo direccional, como nuestros abrigos. Y lo logramos”, recuerda con orgullo.

“Nos empezamos a mover en el mundo global, cada vez teníamos más pedidos. La fabricación de paños de billar, además, no es estacional, como la moda, lo que nos permitía obtener más estabilidad y productividad”, añade el empresario, que en 1988 logró que Gorina entrase a formar parte de la Unión Mundial de Billar (UMB), el organismo mundial que regula todos los juegos de billar carambola y se dedica a la promoción de este deporte. Fundada en 1959, es la más antigua de las tres federaciones que componen la Confederación Mundial de los Deportes del Billar (WCBS, por sus siglas en inglés) y supervisa y controla todas las competiciones internacionales de billar carambola. 

Crisis y renacimiento

Sin embargo, la globalización, la entrada de competencia de países emergentes como China e India, y más tarde la crisis económica y financiera de 2009, acabaron pasando factura a la compañía, que en 2010 se vio obligada a entrar en concurso de acreedores. La unidad de paños de billar, no obstante, siguió funcionando, ahora bajo el nombre Evercloth, desde su planta de producción en Lleida, donde fabrica y comercializa paños de lana para billar de todo el mundo.

“Aunque la fábrica esté en Lleida, seguimos vinculados a Sabadell, una ciudad con una cultura textil y una red de servicios para el sector única. Desde aquí es más fácil encontrar personal cualificado”, explica.

Nueva generación

En los próximos años, con la incorporación de su hija Ariadna al departamento de exportación, la empresa familiar confía en penetrar en nuevos mercados y seguir creciendo. “Antes de atacar un nuevo mercado, valoramos principalmente su número de federados y de clubes de billar”, comenta el directivo.

Aunque no existen cifras oficiales, la WCBS estima que hay alrededor de 200 millones de personas en todo el mundo que practican el billar en alguna de sus modalidades (carambola, pool, snooker) o participan de alguna manera en este deporte.

Popularidad en Asia

El billar goza de gran popularidad en EE. UU., pero también en países asiáticos como China, Taiwán, Filipinas o Corea del Sur, este último con más de 20.000 clubes de más de 20 mesas solo en la capital.

“En los países asiáticos con una cultura del juego fuerte, el billar se ha expandido”, explica Gorina, consciente de que su futuro depende de la exportación. “El mercado doméstico sigue siendo pequeño. El clima, la cultura de estar al aire libre, así como el tamaño reducido de las casas, son algunos de los factores que pueden explicar la falta de popularización de este deporte en España”, añade.

Por otro lado, Estados Unidos sigue siendo un mercado muy potente con expectativas de crecimiento. “Nuestro objetivo es llegar a los 200 años de historia”, comenta Gorina, optimista con el futuro.

El billar es un deporte que arrastra a miles de seguidores en televisión y redes sociales, lo que les ofrece un amplio abanico de oportunidades de marketing y publicidad de gran alcance. Por otro lado, Gorina también ha apostado por la colaboración y esponsorización de atletas de competición, como el español David Martínez, ganador del campeonato Hana Card PBA Championship 2025–26, o el italiano Andrea Quarta, dos veces campeón mundial en la modalidad de 5 quillas, con quien colaboran desde 2010.

Camino a los 200 años

“Cada paño de billar tiene una duración aproximada de mil horas de juego, excepto los que se usan para los campeonatos, que se reponen al terminar el evento”, comenta Gorina, dejando claro que sus telas, disponibles en varios colores, son un producto a demanda con un elevado componente técnico. “Nuestro proceso de acabado es largo, implica más de 40 procesos intermedios, desde el hilo a la tejeduría y el acabado”, aclara.

La mayoría de los encargos que reciben provienen de fabricantes de mesas, distribuidores y montadores de paños, “tapiceros” que se encargan del proceso de ensartar el paño sobre la superficie de las mesas, que ahora es de pizarra en lugar de madera. “Cada vez son más técnicas”, aclara el empresario de Sabadell, que por el momento no tiene pensado jubilarse ni vender el negocio. Su objetivo es contagiar a sus hijos de la misma pasión y amor por la empresa que sus antecesores, y asegurar la continuidad del negocio familiar. “Cada año alguien nos pregunta si queremos vender la empresa, pero nosotros decimos siempre que no”, se ríe.