
Una de las presentaciones de Temps de Flors 2025
Las telecomunicaciones bajo el agua de Temps de Flors
La lluvia amenaza la tradicional muestra floral gerundense, en una edición en la que tendrán protagonismo las instalaciones interiores
Girona celebra este fin de semana la 70ª edición Temps de Flors. Las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas, por lo que las exposiciones en interiores tendrán mucha mayor relevancia.
Entidades y particulares se esmeran en confeccionar contenidos florales atractivos para los miles de visitantes que desafiarán a la lluvia. Es el caso de la antigua sacristía de Sant Nicolau en la plaza de Sant Pere, 22, hoy convertida en un despacho de abogados.
El número 76 del mapa
La sacristía --un edificio de más de mil años de antigüedad que conserva elementos milenarios como restos prerrománicos y que se construyó como capilla funeraria del Monasterio de Sant Pere de Gallisans-- abre sus puertas al público y está referenciada como patio número 76 en el punto del mapa de Temps de Flors.
Lo hace con una innovadora propuesta artística dedicada a las comunicaciones entrelazando elementos icónicos del pasado como radios, teléfonos, tocadiscos y otros dispositivos que marcaron época, junto con los libros, evocando la nostalgia y mantener viva la memoria de nuestros antepasados, creando un puente entre el presente y el legado de quienes nos precedieron. Evidentemente, todos estos elementos estarán rodeados de flores y plantas naturales.
Simbología
La exposición se inspira así en la simbología de las telecomunicaciones, rindiendo homenaje a los medios de comunicación que conectaron generaciones enteras antes de la era digital. Como parte esencial de esta representación, se incluirán libros de colección antigua, aportando un componente histórico y cultural que enriquece el mensaje general del proyecto.
A través de esta puesta en escena, se pretende no solo embellecer, sino también reflexionar sobre la evolución de la comunicación y su impacto en nuestras vidas. Una propuesta que celebra la conexión humana desde sus formas más tradicionales, recordándonos que, aun en la era digital, la memoria y el simbolismo conservan un valor irremplazable.