Visitantes de la exposición 'El Maresme pintat'

Visitantes de la exposición 'El Maresme pintat'

Creación

El Maresme pintado

Una exposición en Mataró reúne una serie de pinturas que reflejan el paisaje y las costumbres de los pueblos de la comarca desde el siglo XIX hasta la actualidad

21 abril, 2024 00:00

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Fue durante los meses de la pandemia de Covid-19 que a Manel Trenchs Mola, profesor de Historia del Arte de la Escuela Pía de Mataró, se le ocurrió que sería buena idea organizar una exposición que reuniese pinturas que tuvieran en el punto de mira los pueblos del Maresme. “¿Por qué no nos fijamos más en cómo los artistas han captado nuestro entorno?”, pensó este innovador profesor, que hace unos años obtuvo el certificado de Educador Innovador de Google y es un firme defensor del uso de la TIC en el aula.

Todo se hubiese quedado en una mera idea de no haber sido porque su colega Isabel Llaquet, experta en historia del arte y actual vicepresidenta de la Fundació Iluro, creyó en ella y decidió poner todo su empeño en hacerla realidad. El resultado es El Maresme pintat, una muestra de pinturas y paisajes de diversos artistas que captan la esencia de los 32 pueblos que forman la comarca desde el siglo XIX hasta la actualidad.

Paisajes, un género del pasado

“Dedicamos más de dos años a escrutar toda la obra pictórica que hacía referencia al Maresme por los museos de Cataluña”, explica Llaquet, cocomisaria de la muestra, que puede verse en la sala de exposiciones de la Fundació Iluro de Mataró hasta el próximo 12 de mayo.

Con la colaboración de una treintena de instituciones, entre museos, archivos locales y ayuntamientos, la exposición incluye la obra de grandes artistas de referencia del siglo pasado, como Lola Anglada, que vivió parte de su vida en Tiana, y Ramon Martí i Alsina, considerado el creador de la escuela paisajística catalana. “El grueso de la exposición son paisajes, un género del pasado; por lo tanto, casi todo lo que se expone aquí es del pasado”, se ríe Llaquet.

Un cuadro expuesto en 'El Maresme pintat'

Un cuadro expuesto en 'El Maresme pintat'

Rasgos característicos

Poner el foco en el paisaje tenía un sentido claro, ya que si hay algo que condiciona la vida en el Maresme son una serie de elementos paisajísticos clave: el mar, el ferrocarril (la línea de Barcelona-Mataró fue la primera del país), la Nacional-II, las suaves colinas cubiertas de pinos y encinas. “Son elementos reconocibles para cualquier persona vinculada a la comarca”, explica Llaquet, admitiendo que la muestra no deja de tener un punto nostálgico: “Es un testimonio de lo que somos y lo que hemos dejado de ser”.

Dividida en tres secciones –mar y montaña, gente, patrimonio–, la exposición arranca con una acuarela original del dibujante de cómic Manuel Cuyàs Duran (Mataró 1922-2005) titulada La Maresma (1951). En ella, el artista recrea un mapa de la comarca, con ilustraciones cómicas que representan el carácter de cada municipio: turistas rubias tomando el sol en la playa de Ocata, vainas de guisante en Sant Andreu de Llavaneres, un bebé embutido en una bañera en Caldetes, un bote de pintura negra sobre la sierra del Montnegre y el Corredor.

Fotografía de la plaza del mercado de Mataró

Fotografía de la plaza del mercado de Mataró

“El Maresme: qué comarca más extraña, más discutida y más difusa. ¿Qué hace ahí Tordera, si tiene la fisonomía de un pueblo de La Selva y sus habitantes pronuncian la palabra flor con esa o cerrada de los gerundenses? (…)”, escribió el conocido periodista mataronense Manuel Cuyàs Gibert, hijo del dibujante, en un artículo para El Punt Avui en marzo de 2023, poco antes de morir.

La singularidad de lo local

De la sección mar y montaña destacan el espectacular Paisaje de Argentona, de Ramon Martí Alsina (1885), que nos muestra un camino de tierra arenosa adentrándose en la profundidad del bosque al atardecer; la sencillez del óleo Cabrera de Mar (1994), de Fèlix Albajes Garcia, que recrea un grupo de pinos bajo un cielo azul, primaveral, proyectando sombras sobre un claro; la vista de Sant Pol de Mar desde un montículo, obra del pintor de Mataró Jordi Arenas Clavell; y la acuarela Racó de Montgat (1946), donde Tomàs Sayol Sala capta con una pincelada suelta y elegante la silueta de un restaurante de playa vacío junto a la inmensidad del mar. Los usuarios frecuentes del Cercanías reconocerán enseguida este rincón playero junto a la vía de tren. A su alrededor se han construido bloques de apartamentos, bares nuevos y un paseo marítimo, pero, aun así, la esencia es la misma.

“En un mundo globalizado como el nuestro cada vez cobra más sentido dar importancia a la singularidad de lo que es local y genuino, con lo cual el origen de esta muestra es, ni más ni menos, que la voluntad de poner de relieve el concepto de ‘km 0’ aplicado en el ámbito artístico”, escribe Trenchs en el catálogo.

Una de las salas de 'El Maresme pintat'

Una de las salas de 'El Maresme pintat'

Casas indianas, rieras y playas

El Maresme de la gente, con sus casas indianas, sus rieras y mercados, sus playas abarrotadas de veraneantes en verano, desérticas en invierno, también tiene presencia en la exposición. En Canaletas (1968), el pintor José Olivé muestra una perspectiva del Bar Canaletes, un popular establecimiento de Mataró a finales del siglo XIX; el artista Ramon Muns, por otro lado, nos ofrece una perspectiva de los tejados de Vilassar de Mar escalonados hacia el mar bajo el sol rojizo del atardecer, mientras que la reproducción a escala real del cuadro Pati Blau (1913), del célebre pintor modernista Santiago Rusiñol y Prats, nos muestra el feliz desorden que impera en el patio trasero de la casa de verano de su amigo Antoni López i Benturas, editor de la revista satírica L’Esquella de la Torratxa, en Arenys de Mar.

López y Rusiñol eran muy amigos y este lo visitaba frecuentemente en su casa del Maresme. “Nos hubiera gustado traer el original, pero estaba fuera de nuestro alcance”, explica Llaquet. El cuadro original se encuentra en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, en Barcelona.

Homenaje a los habitantes

En la sección patrimonio, los comisarios de la muestra quisieron hacer un homenaje a la historia y el legado de los habitantes de este territorio desde la prehistoria. “Un territorio de historia e historias, de leyendas, de dichos y tradiciones. Pero también una tierra abierta a la gente, a punto de crear nuevas historias, nuevas leyendas, nuevos dichos y nuevas tradiciones”, escriben en el catálogo.

Entre las piezas más destacadas de esta sección figuran el retrato con toques abstractos que el pintor Albert Alís hace de Can Marfà (2006), una antigua fábrica de género de punto de Mataró, y la serie de dibujos en tinta sobre papel de Lola Anglada sobre las populares puntaires (encajeras) del Maresme, mujeres que bordaban a mano bolillos y otros tejidos ornamentales.  

“En definitiva –concluye Trenchs–, con esta exposición reivindicamos una vez más la voluntad de poner el foco en el conocimiento (y reconocimiento) de lo que es local y más cercano, para poder extraer una esencia universal. Porque, en tiempos líquidos y gaseosos como los nuestros, la necesidad de referentes y fundamentos sólidos es más urgente que nunca”.