Mark Tennant: un impresionista del siglo XXI

“Yo creo que la vida es sobre el cambio, que es todo sobre el cambio. No necesariamente un cambio consciente, pero siempre estamos cambiando: la tierra está cambiando, el mundo está cambiando, y mi acercamiento a la pintura está cambiando”, explicó recientemente el mismo Tennant en la inauguración de una exposición en su honor en el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona.

Una de las obras de Mark Tennant

“La vida es pintar”

La muestra, visitable hasta el próximo 12 de mayo, reúne una treintena de óleos realizados por el reconocido artista neoyorkino en los últimos tres años, y que, lejos de buscar el realismo, sumergen al espectador en la transmisión de emociones implícitas en colores y formas, alumbrando retratos cautivadores de la juventud urbana contemporánea.

“Empecé cuando era joven, con un enfoque más conservador hacia la precisión, y me he ido soltando. Creo que esto viene con los años de experiencia: llegas a confiar más en lo que estás haciendo, ya sea mezclando color o con el pincelado, control de la forma… Y pienso que, más allá de los años, es un tema de aprendizaje, de prueba y error, de tener presente lo que ya no te interesa explorar más y lo que te interesa explorar a partir de ahora. Esa ha sido mi evolución. La pintura es vida y la vida para mí es pintar”, explicó Tennant.

Buceadora pintada por Mark Tennant

Contraste entre lo clásico y lo contemporáneo

Formado en instituciones venerables como el Maryland Institute College of Art de Baltimore (MICA) y la New York Academy of Art, Tennant ha logrado abrirse camino en el campo de la pintura figurativa contemporánea gracias a sus composiciones de temática urbana con reminiscencias del impresionismo y posimpresionismo del siglo XX, tanto por la temática como por la técnica. Al igual que Monet, o Degas, Tennant se centra en transmitir la joie de vivre de la ciudad –bailarinas, diversidad racial, bares de copas, escotes generosos, picnics en el parque– con una perspectiva única y cautivadora.

“Tennant nos guía a través de un impresionismo urbano que capta la esencia del vanguardismo de los siglos XX y XXI, mientras se sumerge en la transición de emociones implícitas en colores y formas”, explicó José Enrique González, director del MEAM, el primer centro dedicado a la pintura figurativa contemporánea de la capital catalana. Según él, Tennant nos invita a explorar el contraste entre lo clásico y lo contemporáneo, “desafiando la noción de que solo las corrientes artísticas modernas pueden explorar la riqueza de la cultura urbana”.

Una pareja vista por Mark Tennant

Todo comenzó con un libro

Las obras de Tennant narran historias de la vida cotidiana, “momentos fugaces e interacciones humanas que, a primera vista, podrían parecer banales”, ofreciendo una mirada perspicaz a la realidad de la vida en Estados Unidos”, observa en el catálogo de la exposición el galerista canadiense Jean-Michel Correia, director de la galería JMC Art Contemporain de Montreal. “Cada cuadro es el resultado de un largo viaje artístico, testimonio de su perseverancia y pasión”, escribe.

Tennant, cuya distinguida carrera incluye un periodo como director del Grado de Pintura en la Academia de Arte de la Universidad de San Francisco, además de haber sido profesor de Copia de Museo en el Louvre de París, en el Metropolitan de Nueva York y en la Legion of Honor de San Francisco, admite que su interés por el impresionismo empezó en la década de los ochenta, tras leer La historia del impresionismo (1946), de John Rewald. Descubrir la obra del prestigioso historiador del arte y académico estadounidense, conocido como uno de los grandes eruditos del impresionismo y posimpresionismo francés, le “impactó enormemente”, y entonces empezó “a ser mucho más libre” con su pincelada y su color, comentó el artista, que ha pasado largas temporadas en España.

Chicas bailando, por Mark Tennant

Menos es más

El enfoque de Tennant, según Correia, se caracteriza por una notable síntesis en la elección de sus temas. “Adopta un enfoque minimalista, en el que menos es más. Esta aparente sencillez esconde una profundidad conceptual y eficacia del mensaje transmitido”, añade el galerista. 

Igual que haría un fotoperiodista, pero en lugar de ir equipado con una cámara recurre al pincel, Tennant se esfuerza por representar las expresiones faciales, los gestos y las posturas de las personas que observa. “Estos elementos permiten comunicar las emociones, relaciones y dinámicas sociales que surgen en las escenas representadas”, escribe Correia. “Sus cuadros, cuentan la alteridad que nos caracteriza y nos rodea, y nos remite a nosotros mismos. Es a través de revelarnos nuestra propia visión de la diversidad del mundo que nos invita a reconocer en los otros su diferencia y nos despierta un posible reflejo en nuestros, a priori, prejuicios sociales”, concluye.

Detalle de una obra de Mark Tennant