“En mis novelas no hay amores tóxicos”

Bea Peidró (Barcelona, 1984) recuerda que, de pequeña, le gustaba todo lo relacionado con las artes: dibujar, pintar, cantar, bailar… aunque no fue hasta la adolescencia cuando empezó a desarrollar su pasión por escribir. “Escribía para mí misma, un poco como terapia”, recuerda de esos años de instituto en los que uno empieza a plantearse qué quiere ser de mayor. Hubiera podido dedicarse a las Letras, pero sus padres le decían “que escribir era solo un hobby, que lo que necesitaba era un trabajo seguro”, explica. Así que enseguida empezó a trabajar como administrativa en una empresa de telefonía, y de ahí fue escalando posiciones hasta acabar convertida en asesora fiscal, un empleo que la aburría mucho, pero que nunca se atrevía a dejar. Tuvo que llegar la pandemia, y con ella la posibilidad de trabajar desde casa y tener más tiempo libre para navegar por internet y descubrir el interminable mundo de la formación online –hizo cursos de copywriting, de escritura creativa, de márketing digital para escritores—, para que Peidró se diera cuenta de que ella lo que quería era dedicarse a escribir novelas. Y no cualquier tipo de novelas, sino novelas románticas, un género que la atrapó por completo cuando hace unos años leyó Cariño, cuánto te odio, de la escritora australiana Sally Thorne. “Es un libro que releo cada año”, se ríe Peidró, que tras 18 años en un trabajo de oficina por fin ha hecho realidad su sueño: es autora de dos novelas románticas que se ha autopublicado y ha montado su propia plataforma de servicios de márketing digital dirigida a escritoras noveles.

“Un día, mi marido, que es sumiller, llegó a casa y me explicó que en una cata había conocido a una pareja encantadora, que después de haber pasado por varias turbulencias, se habían reencontrado y decidido llevar juntos unos viñedos en el Empordà. Su historia me pareció tan bonita que decidí plasmarla en una novela”, recuerda Peidró para explicar cómo surgió su primera novela, Amor a primera viña (2022). La obra narra la historia de amor entre dos personajes de treinta y pocos años, Emma y Jon, que se conocen trabajando en unas viñas cerca de Portbou. Emma es una chica de ciudad que no sabe qué hacer con su vida, mientras que Jon es un hombre más bien cerrado y un poco gruñón. “El libro es una historia de amor, pero no solo de amor romántico, sino también de amor propio”, explica en referencia al proceso de maduración que hace Emma en la novela, y que ella va comparando con la maduración de la uva.

Nada que ver con 'Cincuenta sombras de Grey'

La autora, que acaba de publicar su segunda novela, Mi más sentido bésame, aclara que en sus obras “no aparecen amores tóxicos, ni machismos, ni abusos ni maltratamientos”. “Quiero dejar muy claro que soy lo opuesto a Cincuenta sombras de Grey”, bromea en referencia al best-seller erótico de E. L. James. Publicada en 2011, Cincuenta sombras de Grey escribe la relación de sumisión que se establece entre una recién graduada de la universidad y el magnate de negocios Christian Grey. “Son relatos de ficción, y cada lectora es libre de buscar lo que quiere. Pero a mí lo que me gusta es despertar sentimientos, lograr que la lectora experimente la sensación de enamoramiento, revivir un primer amor”, explica.

'Mi más sentido bésame', la segunda novela de Bea Peidró

Sus novelas están dirigidas principalmente a mujeres con edades comprendidas entre los 35 y los 50 años –el perfil más común de novela romántica—, aunque cree que su mensaje puede llegar a todas las edades. “Después de leer mi novela, mi abuela me dijo que había conseguido que soñara despierta, que se había acordado de un chico, piloto, con quien había tonteado antes de conocer a mi abuelo”, comenta ilusionada.

Cómo escribir una novela romántica

Admiradora de autoras superventas como Alice Kellen y Elísabet Benavent, Peidró cree que el fenómeno de la novela romántica se debe en parte a que ya no hay tantos prejuicios contra este género. “Hace unos años te daba vergüenza decir que escribías novela romántica, no estaba bien visto, como si no tuviera suficiente valor intelectual”, observa. Según la autora barcelonesa, la novela romántica actual aborda muchos más temas que el erotismo o el romance: “Amor propio, gordofobia, problemas sociales y familiares… encuentras un poco de todo”, añade. En su segunda novela, por ejemplo, plantea cuestiones como la pérdida de un ser querido y la idea del viaje (a Cádiz en este caso) como forma de conocer otras realidades y costumbres. “El Street View de Google Maps es un instrumento fantástico”, se ríe la autora, que utilizó esta aplicación para describir las calles de Cádiz sin tener que desplazarse hasta allí. Su tercera novela, también romántica, estará ambientada en el barrio de Sants, donde vive actualmente, así que lo tiene más fácil: “Tratará sobre las creencias que tienen nuestras madres y nuestras abuelas, y cómo nos afectan a nosotras”.

Además de escribir novelas, que ella misma se autopublica y promueve en internet –“Las editoriales convencionales no van a pagarte ni darte apoyo a no ser que tengas mucho nombre o sepan seguro que venderás, así que mejor me lo hago todo yo”–, Peidró ofrece servicios de márketing digital y copywriting para el sector literario, especialmente para escritoras, desde organizar la campaña de lanzamiento de libro en Instagram a la creación de una newsletter o dar consejos para escribir una novela romántica. “En la novela romántica hay clichés que siempre funcionan, como el 'de enemigos a amantes'”, reconoce. “Las peleas, el sarcasmo y el humor tiran mucho, y la vida real está llena de situaciones así”, concluye.