Arte, coleccionismo y "confluencias"
Una treintena de esculturas de la colección de arte Bassat dialogan con algunas piezas de los fondos del Museo Marés en una exposición que reúne obras de Joan Miró, Julio González o Eduardo Chillida
29 enero, 2023 00:00La historia del arte se nutre de artistas que han creado sus obras influidos e inspirados por un determinado contexto cultural, religioso, económico y social. Por ejemplo el abanico temático del arte medieval bebía de los santos, de las escenas religiosas y apocalípticas; el Renacimiento recuperó los valores del arte clásico con el hombre como principal objeto artístico, mientras que el Barroco regresa a la espiritualidad emotiva e intensa para cautivar al espectador.
Más recientemente, el arte contemporáneo, en constante evolución, experimenta, explora y reflexiona sobre múltiples motivos. Así pues, en cada periodo se han concebido obras bien dispares, al menos aparentemente.
Precisamente establecer diálogos entre piezas de distintas épocas para descubrir paralelismos sorprendentes o simplemente una convivencia, un contraste o una intrusión es la línea argumental de Confluencias, la exposición que hasta el próximo 21 de mayo se podrá visitar en el Museo Frederic Marès de Barcelona. Una muestra donde, según explican los organizadores, “la escultura contemporánea de la colección Bassat se detiene ante algunas de las obras medievales, del Renacimiento, el Barroco y el siglo XIX, para establecer una serie de confluencias”.
Frederic Marès y su gabinete de curiosidades
Para el escultor Frederic Marès (Portbou, 1893-Barcelona, 1991) la escultura fue algo más que su vocación artística, fue su pasión. Considerado como el coleccionista catalán más importante del siglo XX, reunió a lo largo de su dilatada vida una vasta colección de escultura hispánica que abarca desde la época antigua hasta el siglo XIX.
Pero este “coleccionista de colecciones” acumuló además miles de objetos como relicarios, abanicos, pipas, relojes, joyas, llaves, juguetes o fotografías que conforman una suerte de gabinete de curiosidades extraordinario. En una entrevista de 1978, en el programa A fondo de Televisión Española, confesó a su interlocutor, el periodista Joaquín Soler Serrano, que siempre, desde muy pequeño, había tenido afición por las cosas bellas; o que fue el mismísimo Auguste Rodin el que le abrió las puerta en París de los mejores coleccionistas, anticuarios y bibliófilos del país. Apuntaba también que las obras de arte deben ser patrimonio de todos y que por eso la decisión de donar su colección a la ciudad de Barcelona no tuvo nada de impulsivo sino que fue una decisión coherente con su filosofía.
Marès-Bassat, el encuentro de dos apasionados coleccionistas
Una filosofía compartida con el renombrado publicista Lluís Bassat para quien el arte y coleccionismo son su otra gran pasión, tanto que en 2007 fundó junto a su esposa la Fundación Carmen & Lluís Bassat. Una institución que, además de promover la enseñanza y el entendimiento entre culturas, atesora un colección de más de 3000 obras, sobre todo arte catalán contemporáneo, que el matrimonio ha reunido desde 1973.
Un fondo artístico que habitualmente reposa en el Consorcio Museo de Arte Contemporáneo de Mataró ubicado en un recinto excepcional: la Nau Gaudí, la primera construcción del icónico arquitecto catalán Antoni Gaudí, diseñada en 1878 como parte del recinto fabril de la cooperativa La Obrera Mataronense.
Diálogos artísticos insospechados
Ahora, una cuidada selección de obras de la colección Bassat de artistas como Joan Miró, Eduardo Chillida, Joan Brossa, Hernry Moore, Manolo Valdés, Josep María Subirachs o Julio González han viajado hasta Barcelona para dialogar con otras de época antigua con siglos de historia de los magníficos fondos del museo barcelonés. Comisariada por Ricard Mas, Confluencias. Escultura contemporánea de la colección Bassat es un exquisito recorrido por la historia del arte.
El paralelismo es evidente entre unas figuras femeninas talladas a principios del siglo II d. C y la silueta abstracta de Mujer reclinada del escultor británico Henry Moore; una Magdalena penitente de Pedro de Mena del siglo XVII conversa con la Segadora de Pablo Gargallo; la Inmaculada Concepción de Antoine Dupar del XVIII se enfrenta a la Constelación silenciosa de Joan Miró; un busto de santa de finales del siglo XV reposa frente a la pieza Cabeza doble Cabeza de Julio González y la aparición de Jesús a sus discípulos en el mar del Maestro de Cabestany del segundo tercio del siglo XII dialoga con Maqueta de Barcelona, 1980, de Moisès Villèlia. Así hasta un total de 25 “confluencias” hilvanan un discurso expositivo en el convergen la escultura y el coleccionismo, el arte antiguo con el contemporáneo y la pasión de estos mecenas por preservar y compartir un legado universal.