Toti Baches lo confiesa, no es activista, sino cineasta. Eso sí, entiende el cine como una herramienta más para retratar el mundo y hacer reflexionar al espectador sobre algunos hechos que se producen en la sociedad.
Red Cunt no puede ser más directa en su título ni en su mensaje. Esta película sobre la menstruación es un canto a las mujeres y a la regla, un hecho que se vive cada 28 días y parece que está estigmatizado.
Sin tabús
Con una mezcla de animación, documental, entrevistas y cierto tono pedagógico, la realizadora ofrece al espectador una visión sobre la discriminación que sienten las mujeres por el simple hecho de serlo y, sobre todo, menstruar. El uso del lenguaje, el estereotipo y la marca de una "sociedad patriarcal" quedan retratados.
La película se estrena coincidiendo con el día mundial de la menstruación y a los pocos días de aprobarse, no sin controversia, la baja por menstruación en España. Una excusa más para hablar con la directora.
--Pregunta: ¿Cuál fue el impulso para hacer esta película?
--Respuesta: Mi hija. Le quería explicar qué era la menstruación de manera positiva y no sabía cómo hacerlo. Me sabía mal decirle: te vendrá un palo de sangre cada mes. Entonces busqué proyectos que presentaran la menstruación como algo positivo. Encontré unas perspectivas muy variadas y bonitas y a la vez vi que es un tema mucho más tabú de lo que se piensa. La primera escena es lo que nos pasó en su primera visita ginecológica, que al salir mi hija me preguntó por qué había que esconder los complejos. Y me di cuenta de que tengo el tabú tan interiorizado... Y quise hacer algo para no pasarle esos tabús sin cuestionarlos.
--Con tanta libertad sexual, ¿por qué cree que todavía no se puede hablar sin tapujos? ¿Por qué las mujeres no pueden pedirse entre ellas un tampón o compresa en el trabajo o la escuela de manera natural y no en voz baja, como muestra en el filme?
--Es muy complicado explicarlo y más, brevemente. La menstruación, en el fondo, es un superpoder. Es una muestra de salud y de que podemos engendrar hijos de manera natural ya de entrada. Al patriarcado le interesa mucho que no seamos conscientes de que tenemos un superpoder y por eso hay tanto tabú. De ahí que se nos inculque que la regla es sucia, asquerosa. Y sí, molesta bastante y es pesadita, pero tiene otras cosas muy positivas y hay un interés en esconderla para mantener a la mujer en la cocina.
--Usted subraya algo que, a veces, pasa desapercibido. Cuando se habla de productos para la menstruación se venden muchas veces como productos de "higiene femenina o menstrual", lo que implica que hay algo sucio. ¿El lenguaje es otro factor estigmatizante?
--Totalmente. Y es absolutamente indignante. Con la palabra higiene te dicen que la menstruación no es higiénica, y que no solo es sucia, sino que puede tener bacterias, parásitos y lo que sea. El lenguaje influye mucho en cómo asumimos las cosas. Esa escena la puse para que reflexionemos al respecto. Por eso también quise titular la película Red Cunt. Cunt es una palabra muy mal vista en el mundo anglosajón, pero es como se llamaba una diosa hinduista de la belleza y la fertilidad y quería devolver la palabra a un contexto positivo. Otra cosa muy fuerte, por ejemplo, es cómo le llaman en Hamburgo a la baja menstrual apoyada en España: las vacaciones de la menstruación. ¡Es desesperante! Hay muchos proyectos de ley, libros, películas y mucho trabajo por hacer.
--En España y en el mundo ha causado división de opiniones también. Hay mujeres que la rechazan porque ya hay fármacos que ayudan a llevar mejor la regla y que lo único que hace la baja menstrual es estigmatizar más a la mujer y dificultar su acceso al mercado laboral.
--Yo estoy muy contenta con este proyecto de ley, pero me parece sobre todo un buen inicio, no la victoria final. En esta oposición hay un concepto muy neoliberal de la regla, de las mujeres y de nuestra vida. Visto desde esa perspectiva, evidentemente, algunos jefes optarán por contratar a personas no menstruantes a pesar de que el Estado se haga cargo de esas bajas porque estamos en una economía bastante patriarcal y liberal. Pero digo que es un inicio porque teniendo en cuenta que esto sucede, podríamos pensar que las reglas no deberían doler e investigar muy intensamente por qué algunas reglas duelen, detectar antes la endometriosis, evitar que los médicos receten pastillas anticonceptivas para evitar los dolores y lavarse así las manos... Si empezamos a trabajar este segmento de la sanidad estas bajas menstruales no las necesitaremos.
--¿Cree que realmente no se investiga ni se explica lo suficiente la regla? Usted incluso muestra que hay cursos para mujeres para explicarles cómo funciona la regla, cómo son sus genitales. ¿Tan mal explicado, tabuizado e investigado está?
--Yo también aluciné con estos cursos y pensé: ¡lo quiero! Es muy bestia visualmente y tuve la suerte de que las personas participantes fuesen tan honestas y valientes. Esto se debe a esa voluntad del patriarcado de no informar a la mujer. Yo no soy activista y me cuesta explicarlo, pero los genitales femeninos siempre han estado discriminados. Y como mayoritariamente son interiores no te ves grandes cosas, no nos los comparamos en los vestuarios a ver quién los tiene más grandes (bromea). Todo forma parte de lo mismo.
--¿También es parte de lo mismo que la ley no haya conseguido reducir el IVA de los productos menstruales cuando, además, se venden como productos de higiene?
--Mira, el otro día leí que a la Viagra se le aplica el 4%. Los productos menstruales son necesarios porque no podemos evitar tener la regla, por tanto al ser un bien de primera necesidad tendrían que tener un IVA reducido o ser prácticamente gratuitos. ¿Por qué hay productos específicos para hombres no tan necesarios y que sí tienen el IVA reducido?
--¿Cómo espera que sea la recepción de su obra en España y más ahora?
--En Alemania empezamos a girarla en noviembre y tiene muy buena acogida entre grupos feministas y educadores. Las primeras me dicen que les gusta mucho la variedad de perspectivas, que son muy punks. Y los educadores, que debería ponerse en las escuelas. Espero que pase lo mismo en Cataluña y España, me gustaría hacer proyecciones específicas en centros educativos y hacer del cine un espacio político en el que empiece un diálogo entre la gente para terminar con este tabú. Y que este diálogo continúe en las casas.
--De hecho, sus anteriores trabajos también tenían una clara voluntad política o, al menos, de que el espectador se cuestionara los discursos que ve o le han dado. ¿Eso es lo que le interesa del cine?
--Una de mis grandes intenciones es normalizar lo que no lo está. El cine es una entidad con una gran verosimilitud. Si llevas tu mensaje en pantalla grande, el espectador se lo creerá más que si lo ve en un post de Instagram. Las salas de cine te dan una credibilidad que necesitamos para dar normalidad a cosas que no se ven como normales y que para mí, sí lo son.
--Volviendo a 'Red Cunt'. ¿Cómo fue ese trabajo de búsqueda del tono y de los grupos de mujeres?
--Fue un proceso muy largo y tardé bastante. Hay muchísimos proyectos, pero al hacer cine necesitaba algo atractivo, no hago podcasts, no me interesaba grabar gente que aparece en internet. Poco a poco, compañeras de trabajo y amigas me pasaron historias. Luego tuve que acudir a la animación porque, aunque yo quería meter un poco de animación, mi idea era que una niña que escribía su diario de la menstruación hiciera de hilo conductor y no encontré ninguna. Luego encontré un seminario con una educadora menstrual de niños y niñas con sus padres que jugaban y descubrían productos menstruales, pero me dijeron que era algo demasiado pedagógico y lo trasladé a la animación inventándome la Menstrulaxia, con copas menstruales con un tema en cada una de ellas: en una está el pasteurizador de coños, en otra el arte con la Venus de Boticelli que tiene la regla, en otras los productos menstruales...
--Habla de las personas trans menstruantes
--Ian, sí. Está allí porque quería romper con el binarismo. A mí me cuesta en el lenguaje ser más inclusiva, pero creo que era importante mostrar estas otras realidades que existen y ¡menos mal! La idea salió de un grupo de animadoras de Sant Cugat, una mujer dijo la frase de que solo hablaban de mujeres cis y no de personas trans y me puse a buscarlo.
--Por último, ¿cree que la película es solo para mujeres?
--No, aunque reconozco que los hombres no salen muy bien parados (sonríe), pero es que quería poner un espejo un poco.