Los principales auditorios de Barcelona abren sus puertas a los jóvenes para la recuperación tras el primer año y medio de pandemia. El Gran Teatre del Liceu, L’Auditori y el Palau de la Música ofrecen nuevos eventos culturales dirigidos a los menores de 35 con el objetivo de atraer al fragmento generacional menos habitual en sus interpretaciones, y para rebajar la media de edad en la temporada 2021-2022.
L’Auditori de Barcelona, al ser el de más reciente fundación (1999) de los tres grandes escenarios de la ciudad, logra atraer a un público de menor edad. El Palau de la Música mantiene una media de edad de 46 años entre los no abonados, que en las últimas temporadas ha logrado rebajar. El Liceu, por su parte, se sitúa en 2020 alrededor de los 43. Ante el auge de los más jóvenes, la mayoría de los auditorios han empezado a realizar adecuaciones para intentar captar a los espectadores menores de 35 años. Esto ha llevado a una reconversión de la industria clásica, con fusiones más o menos acertadas.
Precios aptos para jóvenes
Los tres teatros presentan abonos especiales para la franja de entre 25 y 35 años. Algunos, como el Liceu, incluso, brindan la posibilidad de acudir a estrenos especiales para los jóvenes a espectáculos que, por su coste, quedarían lejos del alcance de muchos. Ese es el dilema de estos espacios, la calidad cultural se paga a un precio muchas veces desmesurado. No obstante, el atractivo de los amantes de la ópera, la música clásica o las representaciones teatrales de alto nivel se fusiona con pequeñas fiestas en los intermedios.
En el caso del teatro de Las Ramblas, por tan solo 20 euros, cualquier persona de menos de 35 años puede asistir a cuatro óperas, un concierto y una danza flamenca esta temporada 2021-2022. Estos estrenos juveniles asequibles contrastan con los más de 260 euros que puede costar una entrada en platea para una sola actuación. Algo que resulta inasequible, incluso para grandes amantes de estos espectáculos.
Fiesta en el intermedio
Los precios no lo son todo. El abanico se abre con la inclusión de alternativas más propias de los festejos habituales. Entre ópera y concierto, en el intermedio, el Liceu ofrece en sus estancias más señoriales de la primera y la segunda planta fiestas privadas con música y comida para todos los asistentes. Un nuevo epicentro al más puro estilo chill-out donde los jóvenes y la modernidad de unen bajo el paraguas de una institución con 175 años de historia.
Las consumiciones, que rondan entre 1,50 euros y el euro, ofrecen una ocasión de salir después de más de un año de restricciones para frenar el Covid-19 por un precio módico. Y, de paso, muchos se acercan a la olvidada cultura clásica que ha identificado a Europa durante los siglos pasados. El Liceu es el mejor ejemplo de ello, aunque estas alternativas parece que comenzarán a implantarse en otros grandes auditorios.
El Palau de la Música, L’Auditori y los teatros metropolitanos de gran capacidad, como el Atrium de Viladecans o el Teatre-Auditori de Sant Cugat del Vallès, tienen la oportunidad de unirse a esta nueva oferta de la farándula más tradicional. Los menores de 35 años son un grueso poblacional sin explotar por estos escenarios y la unión de lo clásico y lo moderno traerá una nueva forma de concebir estas representaciones que han sido el germen de la identidad europea durante siglos.