La exministra de Cultura Ángeles González-Sinde sigue con su agenda profesional después del bache que le supuso ostentar el cargo, tal y como ella misma reconoce. Lo hace para adaptar Las Troyanas de Séneca, que es a su vez una versión de la obra homónima de Eurípides.

El reto lo ha cogido con mucha ilusión. En primer lugar, porque estudió Filología Clásica y ha podido revisar de nuevo el texto en su idioma original, así como otras traducciones, a la hora de crear su pieza.

Compañía y Covid

Otro motivo que la atrajo es que el encargo vino de Adriana Ozores, gran amiga suya y actriz que participó en su primera película como directora de cine. Ahora, se giran las tornas. La intérprete dirige por primera vez y ha requerido de su ayuda, justo cuando preparaba el guion de un nuevo filme.

Mano a mano han construido estas troyanas que representan en el Teatro de la Comedia de Madrid y que tienen ecos en la actualidad. No ha sido fácil, ya que el texto del romano está en formato indirecto y lo ha tenido que convertir en un diálogo, así como matizar algunas referencias históricas de la época. Recuperada del Covid, que padeció durante un mes, también narra a Crónica Global cómo ha sido esta experiencia.

Montaje de 'Las Troyanas' de la Compañía Nacional de Teatro Clásico / CNTC

--Pregunta: Cuando hizo la carrera de Filología Clásica, ¿se esperaba acabar haciendo el guion de una obra como 'Las Troyanas'?

--Respuesta: Supongo que en algún momento soñaba con poder seguir en contacto con el latín. Para mí es un sueño hecho realidad.

--Pregunta: ¿Tenía alguna obra preferida?

--No, tiraba más por la parte lingüística que por la literatura. Pero me ha gustado mucho reencontrarme con el latín.

--¿Y cómo ha sido ese reencuentro?

--Ha sido bonito, porque he tenido que tirar del oficio adquirido a lo largo de estos años desde que salí de la universidad y juntarlo con las dos partes de mi biografía: la parte respetuosa filológicamente, y respetar la historia, y la parte que busca acercárselo al público y hacer de eso algo que pueda seguir, aunque los códigos 2.000 años después sean distintos.

--Pese al paso del tiempo, la obra parece hablar del feminismo y de las migraciones actuales.

--Es casi lo previo a la migración. Te explica qué empuja a la gente a migrar, qué los empuja a meterse en un barco precario, cruzar el mar, por qué huyen de su casa.

--Hay una intención reivindicativa a la hora de llevarla a escena, sobre todo en el prólogo y epílogo que añadió al texto.

--Sí. Con el prólogo, habla el niño, que es uno de esos niños que se pueden ver en una patera teniendo que acompañar a su familia por huir de la violencia de Estado o social. Él explica que es una historia de la guerra y de las mujeres y cómo ellas la viven y la padecen. Políxena, la otra persona que incorporamos al final, es otra víctima que habla de cómo nosotras descendemos de aquellas mujeres.

--En este sentido, ¿invitaría a algún político actual a que viniera?

--Sí, desde luego. Todos los parlamentos de Agamenón son muy pertinentes. Habla de que cuanto más poder tienes, más cuidado has tener a la hora de ejercerlo, de cómo un Gobierno puede caer cuando está más confiado en su posición, de la necesidad de ser equilibrado, compasivo y generoso cuando estás en un alto cargo. Y este discurso debería estar mucho más presente en nuestro día a día.

--¿Los tenía presentes cuando fue ministra de Cultura?

--Eso va con la ética de cada una. Me gusta creer que los valores en los que creo y defiendo son los que rigen luego mi conducta. Pero nadie escapa a la debilidad y a cometer errores.

--¿Qué aportó Séneca a la obra de Eurípides y qué ha aportado usted?

--Yo a la obra le aporto un puente entre sus coetáneos y los míos. Y él, lo que hace es sacarlo del ámbito de los dioses y la fatalidad del destino y llevar esos conflictos al ámbito de las decisiones humanas y del libre albedrío, de tomar responsabilidad y conciencia de cómo nosotros podemos impactar en la realidad de nuestros semejantes.

 

 

González-Sinde, durante la entrevista con Crónica Global

--¿Cómo ha afectado la pandemia a la obra?

--Todo el teatro ha multiplicado su importancia, así como la asistencia a otras actividades culturales. Unos porque los hemos perdido, como los grandes conciertos, y otros porque cobran más valor, el valor de estar con otros. Lo que hemos perdido en la pandemia es el estar con otros pensando, sintiendo y buscando lo mismo, y por eso el teatro se ha vuelto más valioso junto con otros espectáculos culturales.

--¿Cómo cree que se ha gestionado a nivel cultural?

--Sé que hay muchísimas personas a las que han dejado literalmente en la calle y muy precarizadas. Los eventos en vivo se han visto suprimidos. Pero tengo mucha confianza en que el espectáculo de Love of Lesbian dé buenos resultados y podamos retomar en mayo los grandes eventos. Confiemos en que las ayudas europeas sean buenas para el sector y nos permitan recuperarnos.

--¿Qué le diría a los negacionistas?

--El Covid es una realidad. Estuve todo un mes con el Covid. Se ha tenido que retrasar 10 días el estreno porque hubo un positivo en la compañía, y eso que tomamos medidas. Hay que tomárselo en serio. Es una realidad. Muchos, al menos en Madrid, parecen no creerlo, pero hay que mantener vigilancia extrema.