El Castillo de Santa Florentina, situado en Canet de Mar, es una fortificación medieval construida sobre las bases de una antigua edificación de época romana, en el siglo XI. Residencia de numerosas familias catalanas, en 1910 sufrió diversos cambios a cargo del arquitecto modernistas Lluís Domènech i Montaner, arquitecto del antiguo hospital Sant Pau de Barcelona.
El artista natural de la capital catalana encargó la ampliación y reforma de Santa Florentina. No fue la única aportación modernista, ya que las gárgolas que presiden la fachada están realizadas por Carles Flotats i Galtés, escultor prestigioso en el art noveau catalán, que falleció en la misma localidad en la que se ubica el castillo.
Bien de interés cultural
A pesar de su condición de residencia privada, este bien de interés cultural es utilizado para realizar diversas actividades como actuaciones, bodas o actos públicos. Desde el año 1999 alberga un festival de música clásica en los meses de julio y agosto, siendo el patio de armas del castillo la ubicación idónea para realizar los distintos conciertos.
A pesar de toda la riqueza arquitectónica que posee, la fortaleza guarda en su interior una colección de obras, principalmente de artistas catalanes de principios del siglo XX. Está abierto al público, aunque solo se puede acceder a él con cita previa.
Escenario de 'Juego de Tronos'
Encarnando lo antiguo y lo modernista, en un increíble estado de conservación, la fortaleza catalana se convirtió en uno de los enclaves fundamentales, en la sexta temporada de la exitosa serie Juego de Tronos.
Su arquitectura aparecía representada como la residencia de la Casa Tartly, familia del mejor amigo de John Nieve, Samwell Tartly. Su aparición en televisión reportó un gran beneficio para el turismo local y se ha convertido en uno de los principales lugares a visitar, sobre todo, por los más adeptos a la serie.
Un castillo de revista
Santa Florentina también fue protagonista en el año 1998, apareciendo en uno de los artículos de la revista Architectural Digest, uno de los medios de referencia internacional en cuanto a diseño y arquitectura.
La publicación mensual estadounidense calificó el conjunto como "armonioso, solemne y sorprendentemente vivo", refiriéndose al modernismo catalán, como "respetuoso" con los cánones góticos de la vieja construcción, quedando demostrado en todos los elementos de sus diferentes estancias.