Fachada del nuevo restaurante de la Boquería

Fachada del nuevo restaurante de la Boquería

Creación

Òsties Pedrín, un restaurante no pensado para turistas

Tres promotores vinculados a la Barceloneta abren un nuevo local en los aledaños de la Boquería en los bajos de la centenaria fonda La Palmera.

15 julio, 2015 20:41

El nombre de Òsties Pedrín es un homenaje a la infancia de los promotores del nuevo restaurante de los aledaños de la Boquería y una conexión a la Barceloneta, incluso al Club Natación Barcelona, de donde proceden los tres.

Se trata de un nuevo local creado con la vocación de servir una oferta de cocina de Barcelona para los barceloneses, aunque sus promotores son conscientes de que el turismo puede convertirse en su cliente primerísimo. Máxime estando como está tan cerca de la Boquería, pasto del turismo de masas que visita Barcelona.

Evocación del pasado

Su ubicación en los bajos de la centenaria fonda La Palmera, su decoración, obra de Estrella Salietti, que ha intentado conservar al máximo el ambiente de hace un siglo, y la orientación de su cocina --viva el porrón-- hacen de Òsties Pedrín un lugar evocador de la Barcelona antigua y auténtica.

A la vez, es una especie de exportación al centro de la ciudad de la culinaria de la Barceloneta, a la que los tres promotores han estado vinculados a lo largo de su vida.

El merendero Hawai

La familia de Jaume Muedra, que abrió L’Ostia --hermano mayor del nuevo restaurante-- en el barrio marinero en 2012, es la propietaria del conocido bar La Bombeta. Los padres de Chicho Odena eran los dueños del merendero Hawai, uno de los que desaparecieron cuando los preparativos de los Juegos Olímpicos reformaron el distrito. El tercer hombre es Ramon Pascual, miembro como sus dos socios del equipo de waterpolo de uno de los clubs deportivos más emblemáticos de la ciudad, el Club Natació.

Òsties Pedrín, con una capacidad para un centenar de comensales, está pensado para un ticket medio de 25/30 euros sobre carta, además del menú de mediodía de 14,15 euros. Su cocina no es de platos grandes, sino de tapas y raciones para compartir.

Desde las patatas bravas a la paella de marisco, pasando por la típica bomba de la Barceloneta y demás especialidades típicas de la ciudad. Y algunas innovaciones bastante singulaes, como el pulpo a feira hecho sobre aguacate y crujiente de garbanzos; original y sabroso.